Las razones expuestas por Daniel Gutiérrez Granda para rechazar la dirección del teatro de la Laboral han activado las reticencias del PP e IU sobre la contratación del personal directivo de las empresas del Principado. El ex director de Deportes declaró que se le ofrecía “un sueldo fantasma, porque el puesto lo tiene otro”. El PP e IU quieren saber si hay más sueldos para hacer por duplicado un trabajo. Los partidos de la oposición apuntan hacia la sociedad pública que lleva las contrataciones y trabajos relacionados con los grandes proyectos e infraestructuras culturales y deportivas del Principado (La Universidad Laboral, Museo Jurásico, Museo de la Prehistoria). La petición la realizan en la Junta General del Principado y en sede parlamentaria tendrá que dar cuenta el Gobierno.
La petición de la oposición es completamente normal, lo mismo hubieran hecho los socialistas en su lugar. Todo lo que tiene que ver con el dinero de los ciudadanos debe estar sometido a máximas dosis de transparencia, así que si un dirigente socialista de toda la vida dice que le ofrecían un puesto para hacer un trabajo que ya hacía otra persona, es lógico que la oposición quiera saber si hay más sueldos fantasma, o salarios por nada.
Creo que hasta la fecha la gestión autonómica carece de la desmesura que se da en algunas otras comunidades, pero no está de más conocer una lista detallada del personal directivo y de los sueldos que les pagamos todos. Si el Gobierno regional reacciona con rapidez y aporta datos se despejarán las dudas, en caso contrario aumentará la crítica, porque sobre la cuestión de los sueldos públicos hay una gran sensibilidad entre la ciudadanía.
En paralelo a estas consideraciones, el abandono de Gutiérrez Granda produce otras dos consecuencias: abre un debate sobre la orientación del proyecto cultural de la Laboral, al proponer un tipo de actividades más convencionales y coordinadas con otros teatros de la región, y provoca un choque de sentimientos entre la familia de los renovadores del socialismo gijonés. Tras la renuncia de Gutiérrez Granda hay una cuestión de puestos de trabajo superpuestos, una reflexión sobre el teatro y un problema de familia política. Una perfomance de Laboral Escena.