El portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Eduardo Zaplana, ha dado su opinión sobre la situación creada en la organización asturiana de su partido con el abandono de Alicia Castro. Zaplana le ha pedido a la diputada asturiana que siga con sus labores parlamentarias hasta el fin de la legislatura, deseo que ha acompañado con una valoración muy positiva del trabajo realizado por Alicia Castro. La diputada había resaltado, en su despedida, el apoyo recibido de Zaplana, y ahora el portavoz devuelve los parabienes.
Como político avezado, Zaplana ha señalado, también, la fortaleza extraordinaria del PP asturiano, atribuyendo a Ovidio Sánchez el estado óptimo en el que se encuentra la organización regional. Así habla un político profesional: qué buenos son los que marchan, qué buenos son los que se quedan, y qué formidable es la gente de mi partido. Alicia había dirigido los dardos sobre Ovidio, pero Zaplana es capaz de unir el blanco y el negro sin incurrir en contradicción: todos los míos valen mucho.
La organización asturiana del PP nunca gozó de una gran solidez. Cuando logró hacerse con el Gobierno asturiano, allá por la década de los años noventa, tuvo la oportunidad de crecer como partido, cuando un grupo significativo de los cuadros de la Administración regional se apuntaron al partido del poder. En aquella época, Rozada mandaba en la sede del partido y Marqués en el Gobierno, pero nunca formaron una bicefalia bien avenida. Rozada había perdido las elecciones autonómicas y se encontró con que su sucesor era el presidente de los asturianos. Hubo un congreso regional del PP que brindó la ocasión para que hubiera operación relevo, pero no sólo no se produjo, sino que poco tiempo después empezó la crisis interna. Desde entonces, la organización regional del PP no está unida ni desunida, porque simplemente no existe como colectivo regional, siendo una mera agregación de juntas locales. Por eso se habla de la posibilidad de que los de Oviedo o los de Gijón impongan a su candidato para encabezar la lista al Congreso de los Diputados. El PP tiene muchos más votos que fuerza orgánica. La tarea pendiente del PP es unir los concejos del mapa, como se unen los trozos de un jarrón roto hace diez años.