Los firmantes del pacto social (Principado, UGT, CC.OO. y Fade) analizaron en el plató de Canal 10 las claves de la concertación asturiana. Se dice que los acuerdos sólo son buenos cuando las partes muestran algún tipo de insatisfacción, fruto de las cesiones, pero en el Acuerdo por la Competitividad, el Empleo y el Bienestar Social de Asturias (ACEBA) no rige esa norma, ya que todas la partes están muy a gusto, porque la concertación asturiana no es un pulso entre fuerzas antagónicas, sino un hoja de ruta para la región, basada en sumar voluntades en torno a la inversión y el gasto público. Nadie pierde, todos ganan.
La concertación social es una respuesta del Gobierno a las demandas de los sindicatos. Digamos que en Asturias los sindicatos, incluso cuando son de rama (minería, metal), tienen una clara dimensión territorial, al amparar y defender derechos y aspiraciones que van mucho más allá de fábricas, talleres, pozos y tinglados. Si alguien duda de esta cualidad sindical que repase la historia de las huelgas generales, cuyas convocatorias fueron siempre motivadas por la defensa de comarcas enteras o de los intereses generales de la región. El caso de la Fade es distinto, ya que su protagonismo y relevancia es muy posterior y va unido a la figura de Severino García Vigón. Hace veinte años, en Asturias, el papel del empresario era confuso, entre el protagonismo de la empresa pública y la crítica hacia el beneficio privado.
Por todo ello, la concertación social asturiana supone un aval que dan los agentes sociales al Gobierno. Ese fue el sentido de la primera concertación negociada por el presidente Areces, pese a que gozaba de mayoría absoluta; lo mismo ocurrió en la legislatura pasada con el ADECE, aunque había un gobierno de coalición (PSOE-IU) con 26 escaños; y eso es lo que vuelve a suceder ahora con el Gobierno socialista en minoría en la Cámara. ¿Y a cambio de qué dan los agentes sociales ese aval al Gobierno regional? Por el compromiso de inversiones y gastos que asume el Principado: 3.691 millones de euros. Ahí es nada. La novedad del actual pacto es que puede chocar con los partidos de oposición que tienen mayoría en el Parlamento. En caso de conflicto, auguro más daños para la oposición.