Reinerio Álvarez Saavedra, René, convoca a todos los militantes del PP asturiano a participar en una operación de gran renovación. René compatibiliza este mensaje con palabras continuistas, diciendo que no pasa nada, que en el PP regional no hay ningún conflicto político, que la supuesta disputa interna no pasa de ser una interpretación periodística. Una vez más, la culpa de las malas noticias es del mensajero. El secretario general del PP asturiano asegura que está en las mismas posiciones políticas y con las mismas compañías de siempre. ¿Sigue alineado con Ovidio Sánchez? Lo dejo entre interrogantes, porque René pondera y alaba a Alicia Castro, cuando es la dirigente del PP que amaga con disputarle a Ovidio el liderazgo. Para ayudar a la confusión René se inhibe de opinar sobre el castigo aplicado por el aparato del partido a Manuel Peña, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Avilés, que perdió cargo y sueldo al decir en voz alta que apoyaba la opción de Alicia Castro para presidir el partido. ¿Qué opinar de todo este conjunto de vagas y contradictorias declaraciones?
Cuando el secretario general de un partido da una rueda de prensa es para decir algo concreto, para marcar algunas orientaciones políticas. Salir a la palestra para decir palabras ambiguas, para demostrar que quiere nadar y guardar la ropa, es ganas de perder el tiempo. Hay un grupo numeroso de dirigentes municipales del PP que quieren relevar en la presidencia del PP a Ovidio Sánchez por Alicia Castro. Es un hecho constatado. Como también es un hecho cierto las maniobras defensivas de Ovidio creando un órgano interno («grupo de trabajo») con dirigentes de Oviedo, Gijón y Avilés, para blindarse de la ofensiva de las juntas locales de municipios más pequeños.
Todos hablan de renovación. Para Ovidio Sánchez, la renovación es cambiar a René por Goñi. Para Alicia Castro, la renovación es sustituir a Ovidio. Y para René, la renovación son las grandes palabras sin sujetos concretos. Renovar es un guante que viene bien a todas las manos, así que resulta un discurso de ida y vuelta, una palabra comodín. Es absurdo hablar de renovar si no se dice qué. Ejemplo de la falta de renovación es que las cosas del PP se jueguen entre Ovidio, Alicia y René.