Al parecer, la dirección nacional del PP ha aconsejado a Pilar Fernández Pardo que no se presente como candidata para presidir el PP regional. La diputada y concejala gijonesa es libre de optar a liderar la organización asturiana en el próximo congreso de noviembre, pero el equipo de Mariano Rajoy no secundaría su intento. En un partido serio, en el que la casa se empieza por los cimientos, lo lógico es hacer una consulta discreta con los dirigentes nacionales antes de librar una batalla contra el aparato del partido en la región. En el PP asturiano ha habido demasiadas disputas internas en la última década como para lanzarse a ganar un congreso en contra del criterio de los jefes del partido. A cualquier militante le asiste el derecho a presentar su candidatura para presidir la organización, pero no es prudente ir por libre.

Por su parte, Juan Morales quiere contar con garantías de triunfo para encabezar una alternativa a Ovidio Sánchez. En la política, como en el deporte, para ganar hay que arriesgar, así que no se pueden exigir garantías de éxito porque gran parte del hipotético triunfo nace de la fuerza y convicción con que un candidato salta a la palestra. Para cerrar el círculo, la ex diputada Alicia Castro, otrora muy crítica con Ovidio Sánchez, es posible que ni siquiera acuda al congreso de su partido.

Más de una vez hemos comentado que del congreso regional va a salir ratificado Ovidio Sánchez como presidente. Ha jugado sus bazas con astucia, creando un aparato paralelo en el partido en torno al trío formado por Joaquín Aréstegui, Agustín Iglesias Caunedo y Fernando Goñi, en cuanto vio que el secretario general, René Álvarez Savedra, se había pasado al bando de los disconformes. Ovidio ha mantenido la suerte que siempre le acompaña al optar Mariano Rajoy a la reelección. Continuidad en Madrid y en Asturias. En el PP asturiano, como en todo partido que sufre repetidas derrotas electorales, hay muchos descontentos, pero del cabreo colectivo no sale necesariamente una alternativa. Hace falta dar la cara y visitar las juntas locales con programa y equipo. Nadie ha hecho ese trabajo, porque los posibles dirigentes alterativos han actuado en función de cálculos de interés personal. Falta un mes para el congreso y frente a Ovidio sólo hay un grupo de embozados.