Hoy se celebra una reunión de la Junta Directiva del PP. En la misma se tomarán decisiones sobre el congreso del partido que se celebrará el próximo mes. Uno de los asuntos a dilucidar es la lista del comité organizador del congreso, que está formado por una veintena de personas. La lista oficial, a propuesta de Ovidio Sánchez, está encabezada por Agustín Iglesias Caunedo, concejal del Ayuntamiento de Oviedo y hombre de Gabino de Lorenzo para todas las cuestiones relacionadas con el partido. El sector crítico duda sobre la presentación de una lista alternativa. Las batallas de los congresos no se ganan con discursos brillantes, sino con mucho trabajo previo. La composición del comité organizador es un hecho determinante para el desarrollo del congreso, porque ahí se tomarán todas las decisiones sobre las ponencias, el orden del día y las distintas comisiones de trabajo.
Si Iglesias Caunedo preside el comité organizador, Ovidio Sánchez habrá dado un paso importante para renovar su mandato como presidente del partido.
No es Iglesias Caunedo un hombre de Ovidio Sánchez, pero es que el presidente del PP es un dirigente atípico que nunca contó con una tribu de seguidores. La estrategia de Ovidio siempre fue presentarse como punto de encuentro entre los distintos grupos que se reparten el poder en el partido. En los últimos años, con Álvarez-Cascos fuera de la política, el principal aliado de Ovidio fue Gabino de Lorenzo, aunque discrepasen públicamente, como ocurrió antes de cerrar la lista de las últimas elecciones generales. Mientras el sector crítico siempre anduvo ganando adeptos en las pequeñas agrupaciones, Ovidio Sánchez desplegó su influencia en las principales ciudades. Su principal activo es el grupo parlamentario, lo que le llevó a tener de su lado a Avilés, feudo de Joaquín Aréstegui, portavoz en la Junta General del Principado. Desde esa plataforma tendió un puente hacia Gabino de Lorenzo, y a partir de ahí preparó siempre las adhesiones o desactivó las enemistades. Con esa táctica neutralizó a la organización gijonesa que siempre fue una isla dentro de la organización del PP. Su “modus operandi” es siempre el mismo: hacer promesas. Así tuvo en su equipo de vicepresidenta a Pilar Fernández Pardo y de adjunto a Juan Morales.