El sector oficial del PP ya cuenta con más de 1.300 avales apoyando la candidatura de Ovidio Sánchez a la Presidencia del PP. La dirección del partido en Asturias asegura que la lista de apoyos se distribuye entre las juntas locales de los municipios más numerosos, con la excepción de Gijón.

Frente a los apoyos de Ovidio Sánchez, el sector crítico se encuentra dividido y desanimado. Las juntas locales que apoyan a Juan Morales no han aceptado, en primera instancia, el liderazgo de Pilar Fernández Pardo; un día antes de terminar el plazo para presentar candidaturas, la organización gijonesa va por un lado y las pequeñas juntas locales por otro. La posibilidad de presentar un candidato alternativo sigue estando presente, pero no será fácil contar con un líder que agrupe a todos los que están descontentos con Ovidio Sánchez. Hay afiliados del sector crítico que prefieren ver de presidente a Ovidio Sánchez que a Pilar Fernández Pardo, y también los hay que optan por no mover un dedo antes que dar su apoyo a Juan Morales. El único elemento de unión entre los críticos es la animadversión a Ovidio Sánchez. La alternativa en un partido no se construye con un frente de rechazo.

Al carecer de un programa, el discurso de los críticos se limita a una petición de relevo en la Presidencia del partido. No les gusta hablar de política, auténtico mal que recorre toda la organización asturiana del PP: durante ocho años se limitaron a hacer la ola al Gobierno de Aznar y ahora llevan cerca de cinco años con un débil perfil opositor. Ni Pilar Fernández Pardo ni Juan Morales levantaron la voz para decir que el abandono de la reforma del Estatuto de Autonomía es un disparate y deja muy mal parada la imagen del PP como partido de gobierno.
Una reforma estatutaria que respeta el papel del Estado y es concordante con lo que defiende Rajoy es frustrada por el capricho del grupo parlamentario del PP en la Junta General del Principado. Pilar Fernández Pardo y Juan Morales perdieron la ocasión de criticar esa decisión, afianzando su alternativa sobre algo más que el ya clásico «quítate tú para ponerme yo». Frente a un discurso alternativo, basado en críticas al funcionamiento de la organización, la dirección de Ovidio Sánchez responde por la vía de los apoyos internos: 1.300 avales.