Las personas que ocuparán los puestos más relevantes en las consejerías de Bienestar Social y Vivienda y de Medio Rural cierran las novedades del nuevo Gobierno. Como es sabido, IU ocupará estas dos consejerías en lo que queda de legislatura, atendiendo a un reparto de poder entre los dos partidos de izquierda que se corresponde con lo acordado hace cinco años, al formarse el primer Gobierno de coalición. Noemí Martín y Aurelio Martín desempeñaron toda su labor en el Parlamento, aunque en el caso de Noemí cuenta con la valiosa experiencia de gobierno de Laura González, consejera de Bienestar Social en el anterior mandato y madre de la nueva consejera.
Aunque la expectación con los nuevos nombramientos ha centrado la actualidad de la política asturiana, la cuestión determinante para el Gobierno de coalición no es otra que la coyuntura económica. Las diferencias entre los dos partidos sobre las ayudas sociales, como los ordenadores para jóvenes, no suponen un gran escollo, porque la agenda está llena de elementos mucho más importantes, como la rápida subida del desempleo, el deficiente funcionamiento de los mecanismos de crédito y el descenso de la actividad económica, que harán cerrar filas al Gobierno. Para enderezar la situación, el Principado confía en los nuevos presupuestos para el año 2009, cuya tramitación parlamentaria comenzará esta semana. De momento, Jaime Rabanal ya ha advertido que la inversión pública crecerá por encima del 7,6%, que es el incremento global que conocerán los presupuestos.
En todo el mundo se ponen en pie formidables planes de inversión y gasto público para reanimar la economía. En las últimas horas, Estados Unidos anunció la inversión de 600.000 millones de euros para solucionar los problemas de crédito y activar el consumo. En Inglaterra se acaba de optar por aumentar el endeudamiento público hasta el 51% para combatir la recesión. No hay precedentes en la historia de una movilización de recursos públicos tan cuantiosa. El incremento de la inversión del Principado se inscribe en esa filosofía de convertir al sector público en locomotora de la economía. Aunque la coartada para gastar es fabulosa, no todas las partidas son equivalentes. En el Parlamento habrá ocasión de discutir sobre el destino del gasto.