El desarrollo de la comisión que investiga el origen del patrimonio de Villa es insatisfactorio. Los diputados no conocen el contenido de la documentación que solicitaron; con frecuencia, las preguntas están más orientadas a examinar a los comparecientes que a obtener datos sobre Villa; y varios interpelados han utilizado un léxico y un tono ajenos a los usos parlamentarios. Aún con todo, la comisión ha servido para poner sobre la mesa los 243.000 euros que cobró Villa de Hunosa, a través de un cheque nominativo, en concepto de dietas para los sindicalistas del Soma que acudían al comité intercentros, y para saber que el propio Sindicato Minero pagaba de su dinero las dietas de los cuadros sindicales. Hunosa ponía el dinero de las dietas en manos de Villa y el Soma abonaba por su cuenta las dietas de sus afiliados. Una doble transferencia que no deja en buen lugar ni a Villa ni a Hunosa ni al Soma.
Así estaban las cosas cuando Fernando Lastra decidió lanzar un ataque tremendo al presidente de la comisión, afirmando que Ignacio Prendes es un presidente indigno que estableció conclusiones de antemano. Según el portavoz socialista, la comisión está trucada. Fernando Lastra achacó el presumible deterioro parlamentario a las actuaciones del diputado de UPyD y a Foro.
Las manifestaciones del portavoz socialista contribuyen más a degradar el prestigio de la Cámara autonómica que veinte sesiones sobre el “caso Villa”. Ningún grupo está libre de responsabilidad sobre el transcurso de la comisión. El mismo Lastra no se ha caracterizado por su afán indagador sobre el patrimonio del exsecretario general del Soma. No sé si Ignacio Prendes aterrizó en la comisión con ideas preconcebidas, pero es difícil imaginar que Lastra participara de forma ingenua sin importarle hacia dónde evolucionaban los trabajos. Digo esto, porque cuando se votaron las comparecencias, al comprobar que el PP no secundaba al PSOE en el intento de vetar la presencia de Javier Fernández, la cara de Lastra reflejaba todo menos indiferencia. El ataque del portavoz socialista delata que su grupo no quería que se constituyese esta comisión de investigación, y se emplea a fondo en desprestigiarla. Llamar indigno a Ignacio Prendes por haber dicho que ya se pueden sustanciar responsabilidades políticas de los testimonios vertidos es una gran bajeza que busca levantar una polémica que tape el verdadero escándalo.