Acompañado por Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero compareció ante los medios para dar explicaciones sobre los sorprendentes ingresos recibidos de Venezuela. El dirigente de Podemos reconoció que recibió 425.000 euros de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (Banco del Alba), pero no enseñó la factura, ni los contratos que prueban la relación contractual con el Banco del Alba ni los informes realizados. La cláusula de confidencialidad exigida por el cliente se lo impide. Tres semanas en silencio recopilando datos para justificar los suculentos ingresos y sólo supo aportar retórica al aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid para cargar contra los 600.000 euros cobrados por Aznar por escribir tres libros. Respecto a la declaración complementaria de IRPF presentada a Hacienda, con carácter urgente, que le supuso un desembolso de 200.000 euros, Monedero dijo que no lo había hecho para subsanar ninguna irregularidad. Al ser una entrega voluntaria debemos interpretarla como una prueba de solidaridad con la Agencia Tributaria. Luego añadió que entregó todo el dinero a la Tuerka (las tuercas marca “c” son las fiables) para convertir una televisión de garaje en una referencia de la nueva democracia en España.

¿Este señor habla en serio o en broma? ¿Está cuerdo o sufre algún trastorno? Es el típico político español, serio y cuerdo. Cualquier ciudadano que no estuviera investido del estatus de dirigente político ensayaría otras explicaciones, habría ofrecido disculpas. Cobrar 425.000 euros por un trabajo está al alcance de un porcentaje infinitesimal de la población. Yo, personalmente, no conocí a nadie a lo largo de mi vida que esté tan cualificado para que sus dictámenes sobre cualquier cosa valgan casi medio millón de euros. No se puede hablar de una casta de personajes que pasan facturas de esa cuantía, porque se trata de figuras singulares, como Juan Carlos Monedero. Pero lo más formidable del caso es que todos sabemos que este señor carece de cualificación, conocimientos y experiencia para hacer un trabajo sobre un proceso de unión monetaria, razón que le obliga a ser escrupulosamente observante con la supuesta cláusula de confidencialidad. Lo único cierto es que recibió 425.000 euros y que en enero cumplió con Hacienda. El resto es el típico montaje de líder político que funciona hasta que alguien se decide a apretarle las tuercas.