Los responsables de la campaña electoral del PP reservaron dos horas para Rajoy en Asturias. Un tiempo limitado pero que podría ser suficiente para participar en un mitin masivo. No fue el caso. La visita presidencial tenía un objetivo mucho más limitado, casi más propio de un escritor que viene a presentar su último libro que de un acto electoral del presidente del Gobierno. En una sala del centro de impulso de proyectos empresariales del Talud de la Ería, Rajoy dirigió la palabra a miembros de asociaciones de familia y a un grupo de empresarios. Allí, ante un auditorio de 50 personas, el presidente desgranó sus mejores argumentos para que votaran la candidatura del Partido Popular el próximo día 24. Los periodistas tuvieron un tratamiento de rueda de prensa presidencial, al seguir el acto a través del plasma. No pudieron sumarse a los aplausos. En el guión de la visita estaba previsto un baño de masas en el centro de Oviedo, con paseo a pie por las calles de Gil de Jaz y Uría, un territorio que los sociólogos del partido consideran afín al PP. Como estamos en un país libre y en una región con 95.000 parados, un grupo de trabajadores pertenecientes a la asamblea de trabajadores en lucha acompañaron a la comitiva del PP, y se pusieron a increpar al presidente con los epítetos que están de moda: chorizo, ladrón, corrupto. Gente que pasaba por allí se sumó al coro, y la comitiva presidencial salió del trance gracias a los guardaespaldas. Tras el café de urgencia que ayuda a pasar los malos tragos, el presidente se subió al coche oficial rumbo a la Galicia del alma donde tenía programados dos mítines.
Cómo se van a ganar unas elecciones cuando se hace viajar al presidente 450 kilómetros para hablar a 50 personas y sufrir un escrache. ¿No se merece Asturias un mitin de verdad? En una ciudad que lleva 25 años gobernada por el PP, los dirigentes del partido no son capaces de organizar un acto electoral importante para que participe el presidente del Gobierno. Es insólito. Desde la crisis del Gobierno de Sergio Marqués, el PP asturiano no tuvo una campaña electoral autonómica favorable. Siempre se mueve con el pie cambiado. En Gijón se refugian en hoteles, cuando quieren hacer algo, y en otras localidades se limitan a repartir propaganda. No son los usos de un partido de gobierno. ¿Cómo no va Rajoy a llevar las inversiones del AVE para Galicia, si en una tarde cualquiera tiene público para dar dos mítines?