La apabullante victoria de la izquierda en las elecciones autonómicas es la cara de una moneda cuya cruz es el desplome de la derecha. Los mismos partidos que en mayo de 2011 tenían 26 escaños el domingo pasado se quedaron en 14. Cada grupo tiene su cuota de responsabilidad. Vamos a verlo.
FORO
Foro inició el mandato pasado, en mayo de 2012, con su prestigio dañado. El enorme éxito obtenido en los comicios de 2011, que le llevó al Gobierno, había quedado erosionado por la alianza de los grupos opositores y por los errores propios. Sólo voy a citar dos por la relación que tienen con lo sucedido en el mandato que acaba de finalizar.
El primero de ellos fue presentar una candidatura por la circunscripción de Madrid en las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011. Una iniciativa insólita que estaba condenada al fracaso. No sólo era imposible obtener un escaño, sino que pasó totalmente desapercibida para los madrileños, como lo demuestra el hecho de que obtuviera seis mil votos en una comunidad de seis millones y medio de habitantes. Los resultados electorales fortalecen o diluyen a los partidos.
El segundo error fue dar por finalizada la legislatura a los seis meses de empezarla. Era la primera vez que en una comunidad autónoma se disolvía el Parlamento en el primer año de legislatura. Cascos tomó la medida por el rechazo de la oposición a su presupuesto. Sin duda fue un gesto valiente, pero también equivocado.
Por aquellas fechas tuve ocasión de expresarle a un alto dirigente de Foro que la medida era precipitada. El Gobierno de Rajoy no había sufrido desgaste. Lo más sensato era presentar otro proyecto de presupuestos y después de un segundo rechazo, en caso de producirse, llegaría el momento de tomar decisiones. Las elecciones fueron el 25 de marzo. Tres días más tarde hubo huelga general contra la reforma laboral y en mayo se hundió Bankia dando paso al rescate europeo de la banca. El panorama general había cambiado y el Gobierno de Foro se habría cargado de razones para competir con el PP y el PSOE de haber postergado la convocatoria electoral. La disolución del Parlamento cogió por sorpresa a los rivales, pero el mayor susto fue para el electorado de la derecha.
En el actual mandato también hubo dos errores relacionados con procesos electorales que precipitaron la debacle en las urnas. El primero fue concurrir a las elecciones europeas, algo que sólo puede hacer un partido regionalista en alianza con los de otros territorios. Foro se arriesgó a ir en solitario y se presentó ante una masa de 35 millones de electores, de los que menos de un millón sabían de su existencia. 16.000 ciudadanos votaron Foro. Por segunda vez obtuvo en unas elecciones un porcentaje marginal de votos.
En un clima muy adverso, Cascos tomó otra decisión de alto riesgo, al descolgarse de la cabecera electoral y de la presidencia del partido, poniendo en su lugar a Cristina Coto. Una operación realizada en tiempo récord, que pretendía contar con el aval de los parlamentarios, los alcaldes y los fundadores del partido. Nuevamente la táctica del efecto sorpresa dejó conmocionados a los afiliados y votantes de Foro. Tres meses más tarde, perdió el 75% de los escaños.
El discurso de Foro es el más acertado del arco parlamentario. La denuncia del bipartidismo, la atención puesta sobre el declive económico, etcétera. El problema es que la pérdida de la credibilidad del partido no se compensa con un buen discurso.
PP
De los nueve escaños perdidos por Foro, sólo uno fue a parar al PP. ¿Cómo puede ser que el hundimiento del partido de Cascos apenas tuviera influencia en el resultado electoral del Partido Popular?
En las elecciones autonómicas de mayo de 2011, el PP pasó de veinte escaños a diez. Disuelta la Cámara, en marzo de 2012 volvió a formar grupo parlamentario con diez diputados. Dos veces seguidas obtenía el peor resultado de la etapa autonómica. Los dirigentes asturianos del PP justificaban el fracaso electoral por la competencia de Foro. Cascos se habría llevado tras él a buena parte de los afiliados y a lo más granado del electorado del Partido Popular. Conclusión: el día que se derrumbara Foro, los sufragios volverían, como por ensalmo, a la casa matriz.
El domingo pasado, el PP de Mercedes Fernández quedó sin coartada. El grupo parlamentario de Foro se redujo al 25% y el PP sólo ganó un diputado. Los desengañados de Foro no hicieron el camino de vuelta.
La política seguida por el PP, desde 2011 hasta las pasadas elecciones, estuvo movida por el objetivo de dañar a Foro. Cuando gobernaba Cascos, se alió con el PSOE para bloquear sus iniciativas en el Parlamento. Gracias a esa estrategia retornaron los socialistas al poder. Al quedar aislado el Gobierno de Javier Fernández en la Junta General del Principado, el grupo popular salió en su auxilio aprobando los créditos extraordinarios en 2014 y el presupuesto socialista en 2015.
Ninguna organización regional del PP jugó un papel semejante en la España autonómica. Una política tan contraria a los intereses de su electorado hizo que aunque la marca de Foro se haya devaluado, un sector numeroso de la derecha se abstuviera ante las urnas.
Eran tantas las ilusiones despertadas hace cuatro años, cuando entre Foro y PP tenían 26 escaños, que agostada la expectativa el voto de la derecha se hizo humo. Entre Foro y PP suman los mismos escaños que el PSOE.