Adrián Barbón se presenta a la sesión de investidura con IU de socio. El tradicional aliado del PSOE no le iba a fallar al presidente ‘in pectore’. No se trata de una entente coyuntural, sino del primer paso para llegar a un compromiso de largo alcance. Alberto Tirador, miembro del equipo de negociación de IU, asegura que lo acordado para la investidura será la base para un pacto de legislatura. Esperan que la alianza dure los cuatro años del mandato. Los dos escaños de IU servirán para que Barbón se quede a las puertas de la mayoría absoluta. Ángela Vallina, portavoz parlamentaria, asegura que no es momento para blandir principios inamovibles ni para establecer líneas rojas. Con otras palabras, IU será flexible y generosa a la hora de interpretar la política del Principado. A partir de esas premisas los dos partidos firmaron una declaración conjunta que recoge los viejos temas de la política asturiana –industria, empleo, infraestructurasy los nuevos argumentos de la agenda política –identidad sexual, derechos vitales-. Entre las prioridades hay espacio para un consejo autonómico de participación infantil y adolescente. Una propuesta muy del gusto del presente, que da la voz y el poder de decisión a personas que la ley no les concede el derecho a votar.
Ángela Vallina reconoce que el acuerdo no recoge la reforma de la ley electoral, pero asegura que IU luchará por ella. La reforma electoral dejó sin aliados a Javier Fernández cuando llevaba año y medio al frente de la región. Los socialistas habían dado esperanzas a IU y a UPyD y al final se echaron para atrás. El enfado de los socios minoritarios fue enorme y, a partir de entonces, el Gobierno se quedó sin aliados. Es preciso reconocer que, algunas veces, Mercedes Fernández ayudó a llevar la cruz de la gobernabilidad de la región al presidente socialista. Más le valdría a Ángela Vallina no concebir esperanzas, porque lo último que va a hacer Adrián Barbón es cambiar una ley que beneficia a los partidos mayoritarios para satisfacer a un grupo de dos escaños.
El debate de investidura está ordenado de una manera anómala. Tras el candidato, los primeros en intervenir serán los grupos minoritarios (Vox, Foro, IU) y el PP hablará en último lugar, justo por detrás de Podemos y Ciudadanos. Exactamente al revés de lo que se hace en el Congreso de los Diputados. Máxima atención para los grupos pequeños y tras cinco o seis horas de sesión, cuando todo sea tedio y cansancio, el turno de Mallada.