Nuria Varela, directora general de Igualdad, aborda en una entrevista que se publica en estas páginas la cuestión del feminismo, con la fuerza que cobra este tema cuando se está en vísperas del 8 de marzo. Se define como «feminista puente», una expresión que puede parecer vaga, pero a poco que se quiera leer entre líneas resulta una declaración de intenciones, ya que uno no ve a Irene Montero, por citar a la primera feminista oficial que me viene a la cabeza, poniéndose la etiqueta de feminista puente ¿Para qué necesita Montero los puentes?
En la entrevista me llamaron la atención algunas cosas. Por encima de cualquier otra observación destaca el campo minado en que se ha convertido el feminismo. En caso contrario no se entendería que una directora general de 55 años que va a dejar el cargo al terminar el mandato, es decir, dentro de dos telediarios, ante la pregunta de si está unido o no el movimiento feminista asturiano responda que no quiere opinar porque está en un cargo institucional. ¿Qué consecuencias acarrea decir que no lo está? Autocensurarse, por el hecho de ser un alto cargo del Principado, es extraño. Se puede reconocer que hay tensiones en un partido, en un sindicato o, incluso, en el Tribunal Constitucional, pero ojo con realizar una valoración crítica con lo que ocurre en el interior del movimiento feminista. Bien es cierto que en la entrevista culpa al Ministerio de Igualdad de dividir al movimiento feminista español.
Para el miércoles hay convocadas dos manifestaciones, una en Mieres bajo el lema, ‘Compañera, dame tira’, la expresión minera con la que Camaretá compuso una canción hace 45 años que alcanzó gran popularidad en Asturias, y ‘Más que nunca, 8-M’, en Gijón. Son enunciados distintos, uno apela a la solidaridad y el otro es identitario en términos un tanto tautológicos (en el 8-M hay que ser más 8-M), pero no hay contradicción entre ambos. En la ONU ponen el acento en la brecha digital. Leyendo de corrido los tres lemas o motivos para la manifestación se queda uno con la impresión de que no tienen muy claro las convocantes qué asunto en concreto merece convertirse en diana de las movilizaciones de este año, sin embargo, Nuria Varela lo tiene meridiano: «La prioridad de las mujeres en el mundo es erradicar la violencia. En Asturias, también». Qué fácil debería ser sumarse a esa prioridad y escribir con ella pareados en las pancartas. Además, no hay que volverse locos adaptándose a contextos, erradicar la violencia es prioritario en Nairobi, en Oslo o en Gijón.