Presentación en Gijón de José Antonio Sebastián, comisionado del Corredor Atlántico. Para el acto se habían mandado invitaciones a las once comunidades atravesadas por el corredor. En la ceremonia debutó el nuevo secretario de Estado de Transportes, David Lucas, y también intervino el director general de Infraestructuras, Xavier Flores, que hace unas semanas se afanaba por demostrarnos que los trenes incompatibles con los túneles tenían un tamaño excesivamente pequeño. Me alegra que estos actos se realicen en Asturias, pero no se entendería tanta pompa para presentar a un comisionado sino fuera por el escándalo de los trenes fallidos. El Ministerio de Transportes está dispuesto a hacer cualquier gesto para convencernos de que Asturias es muy importante para el Gobierno. Este mismo mes va a volver a visitarnos el secretario de Estado para hacer una reunión de seguimiento de los Acuerdos de la Castellana. No conozco precedentes de reuniones de seguimiento al mes y medio de firmar un acuerdo. A ver si es capaz de sorprendernos y nos anticipa algo positivo sobre las gestiones realizadas en torno a la nueva remesa de trenes. ¡Ojalá! Por la coincidencia de un cúmulo de razones, el Gobierno quiere relanzar el Corredor Atlántico. Todo lo que dijeron ayer los oradores tiene sentido. Se trata de un eje diseñado por la Unión Europea, que en el caso de que no se desarrolle daría paso a la España de dos velocidades. Una acumulando inversiones, empleo y prosperidad y la otra perdiendo población, nutriendo el paro y dependiente de las prestaciones sociales. Todos queremos subirnos al tren del progreso. Hay indicios alentadores. En mi opinión, el más importante está en los Presupuestos Generales del Estado que destinan, prácticamente, la misma cantidad de recursos al Corredor Atlántico que al Corredor Mediterráneo. Si de alguna manera quedara garantizada la paridad entre los dos corredores, tendríamos mucho andado. Ahora bien, Asturias está ubicada en un ramal del Corredor Atlántico, el Corredor Noroeste que nos introduce en las grandes redes logísticas, junto con Galicia y el noroeste de la región castellano leonesa. Formamos el eslabón más débil de la cadena de corredores. En la actualidad tenemos auténticos obstáculos para integrarnos en la red por el retraso de nuestras infraestructuras. Es urgente concienciar a la sociedad. En las escuelas hay que introducir al Corredor Noroeste, aunque para ello sea preciso dar un curso de formación a los maestros.