El presidente Barbón ha anunciado en Avilés que la red de escuelas infantiles de cero a tres años será gratuita a partir del año 2024. Para entonces se habrá extendido esa red escolar por el 80% de los concejos. También aseguró que será gestionada por el Principado. El candidato del PP, Diego Canga, salió al paso de las manifestaciones de Barbón diciendo que la gestión de la red era una promesa electoral del PSOE de las pasadas elecciones (año 2019) y que la había incumplido.
Las escuelas de cero a tres años se hicieron pronto un lugar en la agenda política asturiana, porque recayeron sobre los hombros de los ayuntamientos y estos protestaron pidiendo que las asumiese el Principado. Un caso típico de las llamadas competencias impropias de los ayuntamientos, que las gestionan los consistorios por ser la Administración pública más próxima. Desde el principio deberían haberlas asumido las comunidades autónomas, porque todo lo relacionado con la educación es de su incumbencia. Bien es cierto que en los primeros años hubo un debate sobre si se trataba de un servicio educativo o solo social (guardería). A estas alturas nadie duda de que se trata de una etapa educativa (con su currículo), necesaria para el progreso de los niños. Aunque nos extrañe, en Corea del Sur, donde se vive todo lo relacionado con la etapa escolar con especial intensidad, los padres «entrenan» a los bebés para pasar la prueba de entrada en las escuelas infantiles, ya que hay una gran competencia por inscribirse en las mejores. Espero que el Principado asuma la gestión en la fecha anunciada por el presidente y que no pase como con la fecha de apertura de la variante de Pajares: ¡qué razón teníamos algunos!
En la Junta General del Principado, el primer ciclo de Infantil alcanzó protagonismo al constituir una de las condiciones que ponía Podemos a los gobiernos socialistas de Fernández y Barbón para aprobar los presupuestos. El partido morado les exigía asumir la gestión y, luego, la total gratuidad. Los portavoces, Emilio León y Daniel Ripa, dieron la batalla y la falta de gratuidad fue la causa para rechazar las cuentas. A estas alturas del siglo, no cabe duda de que deben ser gratuitas, como lo es el segundo ciclo de la Educación Infantil (3-6 años) aunque no sea una etapa obligatoria. El repunte de la natalidad va ligado a una etapa de Infantil, de cero a seis años, muy bien dotada que se haga cargo de los niños desde las ocho de la mañana a las ocho de la tarde. Todos los partidos deberían asumirlo.