Renfe Cercanías ha suspendido una veintena de servicios en el centro de la región, cinco de ellos entre Oviedo y Avilés, ofreciendo como sucedáneo autobuses y algunos taxis. La noticia evoca los tremendos ejercicios a partir de 2015, cuando fallaban los servicios por falta de máquinas, de maquinistas y de piezas. Al final, también empezó a fallar la clientela, apeándose del tren un porcentaje importante de viajeros: en 2016 se vendieron un 13,2% de billetes menos que el año anterior. Todo esto ocurre siete meses después del escándalo de los trenes que no cabían por los túneles, una tragicomedia (hay que reconocer que dentro del desastre había una parte inevitablemente cómica) que dio pie a rotundas declaraciones de la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, a modo de propósito de enmienda. Ahora se ve que la ministra trataba fundamentalmente de no perder el cargo y por eso prometió todo lo que no estaba en su mano conceder. No tiene sentido firmar aquel ampuloso Acuerdo de la Castellana, donde se anunciaba una renovación total de la flota de trenes para el año 2026, y siete meses después dejar los servicios sin cubrir por falta de personal. Si en una compañía ferroviaria no hay maquinistas el descrédito para la empresa es tan grande como si en un hospital no hay médicos.
Las carencias de Renfe Cercanías en los servicios entre Oviedo y Avilés se producen en días muy especiales, cuando el propio Ministerio de Transportes corta al tráfico en la autopista ‘Y’ y aconseja a los ciudadanos que prescindan de sus coches particulares y viajen en trenes y autobuses. Por un lado, se provoca una situación singular (la principal arteria de comunicaciones de la región se cierra al tráfico) y por el otro se anima a la gente a subirse a trenes que nadie va a conducir. ¿Se puede tomar esto como una mera anécdota? ¿El Ministerio de Transportes considera que los asturianos nos tenemos en tan poca estima que vamos a callar siempre? ¿Tendrán el valor de venir dentro de unas semanas a inaugurar la variante de Pajares diciendo que nos ponemos a la cabeza de Europa en materia de infraestructuras de transporte?
El presidente Barbón dijo que le llama la atención el número tan elevado de bajas y de permisos acumulados de los trabajadores de Renfe en estos días en que queda inutilizada la autopista ‘Y’. Sí, es una curiosa coincidencia. No obstante, no hay que errar el tiro: en todo el desastre de las cercanías asturianas la responsabilidad está en la cúpula del Ministerio y la dirección de Renfe.