En los últimos años, 54 médicos especialistas (cirujanos, urólogos, ginecólogos, anestesistas, etc.) renunciaron a tener una plaza fija en los hospitales de las alas de la región -Cangas del Narcea, Jarrio y Arriondas- y optaron por seguir trabajando como interinos. El Sindicato Médico Profesional (Simpa) considera que este proceder delata las malas condiciones laborales que se ofrecen a los médicos. No cabe duda de que, por ejemplo, si se incrementan sustancialmente las remuneraciones económicas habrá un porcentaje de profesionales que cambiarán de criterio. Sin embargo, en el mundo de la empresa privada, donde trabaja la mayor parte de la gente, no hay que dar grandes estímulos económicos para que los empleados acepten desplazarse a Arriondas, Navia o Cangas del Narcea. Pongo dos casos que conocí personalmente: el responsable de una oficina bancaria que vivía en Gijón y se desplazaba todos los días a Llanes, y el gerente de una empresa que, igualmente, vivía en Gijón e iba a trabajar diariamente a Navia. Si las plazas quedan sin ocupar en los hospitales es por las normas internas que rigen en el Principado. Por cierto, esas normas deberían formar parte de los elementos a reformar en la Administración autonómica, aunque despierten recelos.
Cuando se conocieron los últimos datos de las listas de espera quirúrgica y de médicos especialistas, se anunció desde el Principado que se iba a realizar una reforma profunda de los hospitales que iría inscrita dentro de una racionalización del actual mapa sanitario que está dividido en ocho áreas. El Simpa no considera urgente realizar el cambio en el mapa sanitario; propone centrarse en los aspectos funcionales del día a día. Un ejemplo de los problemas que acontecen a diario son las listas de espera que no se han logrado reducir ni pagando diez millones de euros en peonadas (horas extra). Añadamos que Asturias lidera el gasto sanitario per cápita, por eso no es mala idea reducir las áreas para ahorrar el dinero gastado en tanto burócrata que está al frente de cada área. Si el coste del personal de dirección se reduce a la tercera parte saldremos todos ganando.
El secretario general del Simpa, José Antonio Vidal, propone, acertadamente, que en las listas de espera se introduzcan criterios que sirvan para discriminar, porque la atención a los pacientes no requiere de la misma urgencia en todos los casos. Cualquier análisis de la sanidad asturiana nos hará concluir que es víctima de la inercia y del horror a los cambios.