Nueva manifestación de los ganaderos por las calles de la capital del Principado. Cuarenta tractores avanzaron por Oviedo hacia la sede de la Consejería del Medio Rural para expresar sus quejas. Durante los últimos años la situación de los ganaderos ha ido de mal en peor, y en cuanto empezó el proceso inflacionario se volvió crítica, porque los costes de producción (electricidad, gasoil, forraje, pienso) subieron y el precio de la leche se mantuvo igual que veinte años atrás; posteriormente también crecieron los ingresos de los ganaderos al vender la leche más cara, pero desde la pasada primavera ha empezado a bajar. Se podrá argüir que también descendió en los establecimientos comerciales, pero lo hizo en una proporción muy inferior.
Una vez más se comprueba que la Ley de la Cadena Alimentaria no se cumple, porque los ganaderos venden el producto (leche) a las industrias por debajo del coste al que producen. No es fácil entender la razón por la que el precio de la leche en origen es más bajo que en el primer trimestre del año. Lo cierto es que amenaza con dejar fuera del mercado a más ganaderos. Entre los años 2019 y 2022 se producía bajo coste y 40.000 vacas fueron sacrificadas en España. En consecuencia, la oferta de leche de los ganaderos se redujo en un 3% y por eso las industrias pagaron más cara la leche que les compraban. Ahora no hubo ningún cambio por el lado de la oferta, pero las industrias pagan el litro de leche más barato. Los ganaderos tienen memoria y algunos recuerdan los años del ‘cartel de la leche’ (2000-2013), cuando había precios concertados entre las industrias.
De lo que no cabe duda es de que la rentabilidad de las explotaciones desaparece, lo que llevará a corto y medio plazo a un mayor cierre de ganaderías, lo que acabará por poner en riesgo el abastecimiento de leche y productos derivados a la población. Una amenaza que se conjurará importando leche de otros países. De esa cadena de implicaciones el gran perdedor será el medio rural. Tras lo sucedido con la pandemia y lo que ocurre con la guerra de Ucrania, a ver quién se atreve a decir que la autonomía alimentaria, como la energética, no tiene un gran valor. En una etapa de cambio de estrategias, donde hasta EE UU se ha convertido en un país fuertemente proteccionista, ¿cómo no entiende el Gobierno de España que tras las tractoradas está la supervivencia de un producto básico, que nos protege ante una tensión de precios en la alimentación de todo el mundo cómo no se veía desde la crisis alimentaria de 2007-2008?