Alfredo Canteli manifestó que tiene una magnífica relación con Álvaro Queipo, y desde su condición de alcalde sin carné de militante, pero fuertemente comprometido con el PP, advirtió de que «el partido tiene que renovarse y que sea una renovación real». Cuando hace once meses Diego Canga aterrizó en Asturias, Canteli dijo que el elegido por Génova para ser candidato a la Presidencia del Principado era amigo suyo. Públicamente lo respaldó muchas veces, aunque discreparon sobre el traslado de la Escuela de Minas a Mieres. Para Canteli el traslado era ‘casus belli’, mientras que Canga se refugiaba en la neutralidad, porque, según él, tenía una buena relación con el rector. Posteriormente, Canga rectificó, cuando comprendió que no podía llevar la contraria al alcalde de la capital.

El apoyo de Canteli es muy importante para cualquier candidato a liderar el PP, ya que su voz es la más escuchada en Génova. Pasaba lo mismo con Gabino de Lorenzo. Desde Madrid valoran mucho que en una región con presidentes y alcaldes de izquierdas, el regidor de Oviedo sea de su partido. En el fútbol destaca al que mete goles y en política el que logra más votos. Canteli dice que el PP tiene que renovarse. Nos habían dicho que Canga era la renovación del PP. ¿Debe colegirse que fracasó Canga en su intento de transformar el partido? Renovó listas electorales, aunque los cambios no fueron siempre acertados, y no le dio tiempo a hacer mucho más. Una vez que se fue, toca volver al punto de partida, cuando Queipo dirigía el partido ante la pérdida de confianza de Génova en Mallada. En el presente, los representantes institucionales (diputados nacionales, senadores, diputados autonómicos y alcaldes) están por abrumadora mayoría a favor de Queipo, así como las juntas locales.

La crítica a Queipo procede del sector agrupado en Oviedo en torno a Iglesias Caunedo, que lleva desde 2015 soñando con volver a ser alcalde de la capital, sin reparar en que sólo fue alcalde porque Gabino De Lorenzo lo puso a dedo como sucesor suyo, a mitad de mandato, y tres años más tarde los ovetenses, cuando pudieron votar, lo mandaron a la oposición; el otro grupo crítico con Queipo son los seguidores de Mallada, que no digirieron la llegada de Canga y mucho menos el liderazgo de Queipo que fue, en su día, número dos de Mallada. Lo más conveniente para el PP es que los discrepantes formen una candidatura y compitan con Queipo. La renovación real del PP empieza por presentar las dos alternativas a las bases. Como en todos los partidos.