El INE ha publicado la Estadística Continua de Población, donde consta que en Asturias hay 1.012.562 habitantes, de los cuales, 947.107 tienen la nacionalidad española. Entre el 1 de octubre de 2023 y la misma fecha de 2024 ha aumentado la población de la región en 3.953 habitantes. Sin embargo, hay 2.986 ciudadanos menos con nacionalidad española. Del crecimiento de la población total y la disminución de los habitantes con nacionalidad española podemos deducir que hay 6.939 inmigrantes más instalados en Asturias que hace un año.
La evolución de la demografía depara sorpresas. Cuando una tendencia se consolida año tras año, como es el declive poblacional asturiano, parece que nada puede alterar el rumbo a no ser que se produzca un hecho extraordinario. No siempre es así. Veamos un ejemplo. En el año 2012 España había alcanzado los 46,8 millones de habitantes y varios expertos dijeron que era nuestro techo demográfico. A partir de entonces, todo sería descenso. Dos años más tarde, en 2014, ya habíamos bajado a los 46,5 millones. Se habían perdido 300.000 habitantes. Entonces, el INE dijo que, en diez años, es decir, en 2024, tendríamos 45,8 millones, pero la población española, el pasado 1 de octubre, era de 48,9 millones: 3,1 millones más que lo previsto hace diez años y 2,1 millones más que en 2012, fecha que se había considerado como la cumbre demográfica española.
Vamos con Asturias. La pérdida de población en la región sigue una pauta iniciada en los años ochenta del siglo pasado, con la caída de la tasa de natalidad y el aumento de los decesos. En la última década los fallecimientos casi triplicaron a los nacimientos. Un saldo vegetativo negativo que no era compensado con la llegada de inmigrantes, al ser una de las tres regiones con menos porcentaje de éstos entre la población. El cuadro negativo se reforzaba con la gran cantidad de jóvenes que se iban a Madrid o a Londres. Las famosas ‘leyendas urbanas’ del presidente Areces.
Hace dos años la curva de la población pasó por un punto de inflexión. Creció la llegada de inmigrantes (hay 65.455 habitantes con otras nacionalidades) y empezó a ser mayor el flujo de ciudadanos del resto de España que vienen a vivir en nuestra región, que el de asturianos que cruzan el Pajares. Hace dos años, la inminente pérdida de la cifra del millón de habitantes se vivía como un nuevo y deprimente ‘noventa y ocho’ para los asturianos, pero llegaron venezolanos, colombianos, ecuatorianos, rumanos y senegaleses para consolarnos.