La liberalización ferroviaria en España es un éxito. En cuanto hubo un segundo operador –en mayo de 2021 la compañía francesa Ouigo empezó a competir con Renfe–, el público pudo gozar de un horario más amplio para subirse al tren y el precio de los billetes comenzó a descender. Eran tiempos de pandemia, pero una vez más se cumplió el axioma que conocen los estudiantes de primer curso de Economía: ‘Los agentes responden a los estímulos’. Con la llegada de Iryo al mercado, España es el primer país en el mundo en tener tres operadores en alta velocidad. En solo dos años los servicios de Madrid-Barcelona duplicaron el número de viajeros y en cuatro años el precio del billete experimentó un descenso del 65% (en el último ejercicio la bajada fue del 23%). Renfe tuvo que competir por primera vez en su historia (Renfe tiene similitudes con Hunosa: las dos encabezaban la lista de pérdidas del INI) y ganó viajeros a costa de perder dinero. En 2023 tuvo récord de pasajeros, pero con una fuerte pérdida de rentabilidad, que para el periodo 2024-2026 la agencia de calificación Standard&Poor’s sitúa en el 50%.
A los pocos meses de estar en el cargo, Óscar Puente criticó a Ouigo, diciendo que hacía dumping (trabajar en dos mercados, sosteniendo con los beneficios de uno las pérdidas que registra en el otro por vender por debajo de coste). Por cierto, todavía no explicó ningún dirigente socialista, desde Sánchez hasta Barbón, cómo hace dumping Ayuso. ¿Qué tiene que ver bajar impuestos con hacer dumping? La demagogia se alía con la ignorancia.
La competencia entre operadores hizo que también bajara el precio de la línea Madrid-Valencia, en un 44%; la línea Madrid-Alicante, en un 47%, y la de Madrid a Málaga, en un 37%. Ahora se inicia la segunda liberalización con un protagonismo especial para las líneas que van al norte: Ouigo quiere llegar a Galicia e Iryo habla de la línea Madrid-Vigo. Asturias está en los planes de nuevos operadores, como ALSA y Eco Rail, pero como la línea tiene dos anchos de vía, hay tramos de ancho internacional y otros de ancho ibérico, el único que tiene convoyes adaptados (rodadura desplazable) es Renfe, con el modelo S-106. Talgo, fabricante de trenes, está saturado de pedidos; ALSA y Eco Rail pidieron al Gobierno alquilar convoyes a Renfe. No será posible porque Renfe ya encargó trenes a Talgo y los necesita todos. No tendrán ALSA y Eco Rail otro remedio que ponerse a la cola. Conclusión: hasta 2029, por lo menos, Asturias sufrirá el monopolio del tren.