Antes de que el Gobierno de coalición registre en la Junta General del Principado el proyecto de presupuestos para 2025, ya hay un acuerdo entre los diputados de izquierda (PSOE, IU-Convocatoria, Tomé) para aprobar las cuentas. El Ejecutivo autonómico necesitaba un escaño de la oposición para tener la mayoría absoluta de la Cámara y esa carencia quedó resuelta con el apoyo de Tomé al proyecto. Varias veces dijimos que los presupuestos saldrían adelante con el apoyo de uno o de los dos diputados del grupo mixto, como ocurrió hace un año. No hubo ningún cambio a lo largo de los últimos doce meses, así que todo indicaba que el Partido Socialista, responsable de la negociación, lograría el objetivo sin despeinarse. Así ha sido.
Tomé encabezó la candidatura de Podemos en las elecciones autonómicas, en plena guerra interna del partido morado. Ella había ganado las primarias y el aparato de Podemos jugó como suelen jugar los aparatos de los partidos cuando quedan en minoría: no les importa perder un ojo si logran dejar ciego al rival. En plena purga interna, Tomé se quedó sin siglas y es un verso libre en la Junta General del Principado, con todo lo que eso representa cuando no se tiene experiencia institucional. Entre las peticiones que hizo al Gobierno de coalición para completar la mayoría parlamentaria (no se puede hablar de exigencias, porque en ningún caso Tomé hubiera rechazado el presupuesto) estaban varias medidas sobre la vivienda y una contratación masiva de profesionales (cien psicólogos, cincuenta terapeutas ocupacionales, cincuenta trabajadores sociales, treinta enfermeras, once psiquiatras y cuatro neuropsicólogos) para los servicios de salud mental. Al parecer, en este asunto es donde obtuvo frutos más tangibles. Ningún presidente del Principado se negaría a contratar más personal sanitario, dentro de un orden. Espero que no haya visto satisfecho su deseo de crear un fondo de consolidación empresarial, donde las ayudas estén condicionadas a incluir a trabajadores en el consejo de administración de las empresas. En cualquier caso, Tomé cumplió con el guion, porque carecía de alternativa.
El voto de Pumares (Foro) es ahora intranscendente. Tomé se apresuró a dar el visto bueno a los presupuestos para dejar a Pumares fuera de juego. Adrián Barbón hará esfuerzos para integrarlo en la mayoría parlamentaria, coherente con la política que lleva a cabo desde que llegó al poder (año 2019): evitar que desaparezca Foro para dividir el voto de la derecha.