El nuevo equipo de comisarios que forman el órgano de Gobierno de la Unión Europea, presidido por Ursula von Der Leyen, recibió el visto bueno del Parlamento en noviembre de 2024. Como de todo nuevo gobierno surgen propuestas novedosas. Entre ellas está acometer un plan de alta velocidad ferroviaria con «servicios ferroviarios rápidos, cómodos, seguros, fiables». El objetivo general es contar con conexiones mejores y más frecuentes que reduzcan los tiempos de viaje en tren. El plan, como otros anteriores, está marcado por el interés en incrementar el uso del ferrocarril en detrimento del tráfico por carretera donde se expulsa una cantidad de CO2 seis veces mayor.
Nada que objetar al citado plan si no fuera porque en el caso de los trazados en España excluye de la alta velocidad el tramo entre Gijón y Oviedo. El Ejecutivo comunitario considera que los convoyes pueden superar ya la velocidad de los 200 km. por hora entre las dos ciudades asturianas. Si todas las previsiones sobre alta velocidad en Europa las hacen en Bruselas partiendo de bases tan falsas, mejor se olvidan de trazar rayas en el mapa. Asombra que, en la capital de la burocracia europea, donde los funcionarios con titulación superior, Administrador Generalista (AD-5), tienen un sueldo que oscila entre los 5.300 y 14.000 euros mensuales, sean tan incompetentes a la hora de detectar los déficits de la red ferroviaria de alta velocidad de los países miembros. Quizás en tan gruesos errores contribuya el escaso interés, más bien nulo, de los distintos gobiernos de España en construir en Asturias trazados de alta velocidad homologables a los de cualquier otra región europea. Digo esto último porque desde Bruselas advierten que el plan está confeccionado con información suministrada por los gobiernos de los distintos estados. Recordemos que la alta velocidad en Asturias (línea Madrid-Gijón) termina en Campomanes (Lena) y los gobiernos nacionales y el Principado han silenciado esta realidad, como si la alta velocidad llegara hasta Gijón.
El novedoso plan sigue incluyendo en el Corredor Atlántico el trazado entre León-Oviedo-Gijón; la inclusión implica que para el año 2030 la velocidad media entre las ciudades debe ser de 160 km. por hora, como mínimo. Ya podemos anticipar a los gestores del plan que en el tramo asturiano (Gijón-Lena) no se cumplirán los estándares de velocidad del Corredor Atlántico. En la actualidad se recorre a una velocidad de 58 km por hora de media. A ver si Bruselas nos rescata.