Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado 31 de octubre Asturias tenía 1.020.999 habitantes, lo que supone un crecimiento poblacional de 7.455 unidades en el último año. Hace tres años, estaba previsto que nuestro declive demográfico nos situara ya por debajo del millón de habitantes. No había llegado la noticia, pero ya había un luto oficial asegurando que era lo peor que nos había pasado. Temí por una ola de pesimismo colectivo, una réplica del noventaiocho, pero a nuestra escala; por fortuna aumentaron los inmigrantes, en mayor número que antes, y el umbral del millón empezó a quedar cada vez más lejos.
El aumento de inmigrantes, lejos de ser una plaga, ha servido para que en muchos centros de trabajo los jubilados tuvieran relevo. El crecimiento económico, en España y en Asturias, se debe fundamentalmente a la llegada de la nueva mano de obra de Colombia, Marruecos, Venezuela, etc. Lejos de ser una rémora en la sociedad, se han convertido en el primer factor de progreso, porque todo aumento de empleo significa una mejora del bienestar. Hay expertos en la materia que abominan de la llegada de mano de obra inmigrante a nuestro país, porque necesitamos, sobre todo, mano de obra cualificada. A mí también me gustaría que en los sectores punteros (parque científico-tecnológico) hubiera decenas de miles de empleos, pero a falta de dar ese salto de calidad, creo que es mucho mejor tener a gente cubriendo necesidades sociales (dependencia, tratamiento de residuos, hostelería) que conformarnos con tener la oferta de empleo más baja de España (en el mercado laboral los trabajadores constituyen la oferta).
Hasta ahora me alegraba del aumento de población, pero se trataba de un avance muy relativo si se comparaba con el registrado en la mayoría de las comunidades autónomas, pero en el tercer trimestre de este año se ha producido un salto extraordinario: Asturias es la sexta región que en mayor proporción ha crecido su población, por delante de Cantabria, Castilla y León, Galicia, Baleares, Murcia, País Vasco, Canarias, Extremadura, Madrid y Andalucía. Si la tendencia se consolida en los próximos trimestres estaremos ante la noticia más esperanzadora de los últimos años: crecerá el empleo y el consumo, aumentarán los nacimientos y bajará la media de edad. A ver si orientamos las velas a favor de la corriente y renunciamos a poner zancadillas al progreso. Ya sé que habrá más agobio en los centros de salud, pero cuánto peor sería todo si estuvieran vacíos.