Los partidos del Gobierno (PSOE, IU) negocian con la diputada Tomé cuestiones relativas a la comisión de investigación parlamentaria del accidente de la mina de Cerredo. Los grupos de la izquierda están de acuerdo en agilizar los trámites para evitar que la comisión parlamentaria dilate sus trabajos. Quieren hacer la tarea en el menor tiempo posible. PSOE, IU y Somos Asturias pretenden que el mes de julio sea hábil para las sesiones de la comisión. Me parece un acierto que en el mes de julio no se suspendan los trabajos. No es de recibo que los diputados tengan el mes de julio con la agenda en blanco, agosto de vacaciones oficiales que se prolongan hasta el Día de Asturias y tras el pleno de presupuestos de finales de diciembre, otra pausa vacacional hasta principios de febrero. Entre los asuntos que negocian seguro que está la presidencia de la comisión de investigación que corresponderá, salvo sorpresa, a alguno de los diputados de la izquierda. Tomé ya expresó su deseo de presidirla.
Los diputados de PP, Vox y Foro no pueden mostrar extrañeza ante el entendimiento de los grupos de izquierda. Ha sido así a lo largo de todo el mandato. Si hay comisión es porque Tomé consideró que no se podía privar al Parlamento de investigar un suceso tan singular. Pueden hacer los cálculos que quieran los diputados de la mayoría, pero acelerar los trabajos no favorece ni perjudica a ninguna de las opciones, siempre que no haya juego sucio. El dictamen de la comisión estará controlado por los grupos de izquierda, porque su aprobación es una competencia del pleno del Parlamento, donde tienen mayoría, pero el posible sesgo que pudiera tener no invalida el trabajo de la comisión. El dictamen en la actividad parlamentaria no tiene el valor de la sentencia en los procesos judiciales.
Desde IU consideran que el control de los tiempos es fundamental para que «la derecha y la extrema derecha no conviertan la comisión en el circo que quieren que sea». La apelación al circo les parece muy plástica, muy convincente, por eso la repiten una y otra vez. El circo lo montó, el pasado jueves, el ministro Óscar Puente en la comisión de investigación del ‘caso Koldo’ en el Senado; el presidente de la comisión hizo una pausa de cinco minutos y volvió la normalidad.
Posicionados todos los grupos, lo único inexplicable es el cambio radical de IU: un día, el líder del grupo abría puertas y ventanas para investigar y al día siguiente la dirección del partido rechazaba de plano la comisión. No lo mejora un prestidigitador.