Cristina Coto propone que Álvarez-Cascos sea el secretario general de Foro. Hace un par de días supimos que era Cascos el que apoyaba la iniciativa de Coto de hacerse con la presidencia del partido que está actualmente ocupada por él. La figura del secretario general tiene un perfil político plano, como un jefe de oficina, pero con Cascos en el cargo habrá una reorganización de funciones que alcanzará a otros puestos del organigrama. De una estructura piramidal, con Cascos de presidente en la cumbre, pasaremos a un tronco de pirámide, con un tándem en lo más alto, Coto-Cascos. El tándem se asienta en un plano inclinado, donde las apariencias engañan: el que se sitúa en lo más bajo tiene más altura. A fin de cuentas nada que no hayamos constatado todos en la vida al caminar por una calle en cuesta precedidos por un niño: sus pies están más altos, pero su cabeza más baja.
Estas consideraciones son casi irrelevantes, podría ser la organización así o de manera distinta, menos en un aspecto: el paso del partido piramidal al tronco de pirámide supone un cambio cualitativo al competir en las urnas, porque la cabecera de candidatura sólo está ocupada por un nombre. Cristina Coto visualizará el intento de Foro por volver a alcanzar la Presidencia del Principado. Sólo hay una manera, aunque imperfecta, de mantener la estructura de tándem, con Álvarez-Cascos de segundo puesto en la lista autonómica. ¿Cómo no propone Cristina Coto a Cascos que acepte ir de número dos en la candidatura? ¿Cómo el atribulado grupo parlamentario (ver foto en EL COMERCIO del pasado martes, día 17, en la página 25) no anima a su futura presidenta a convertir al próximo secretario general en segundo aspirante a escaño? Si se somete esa propuesta al refrendo de todos los afiliados de Foro no dudo que recibiría un apoyo cercano al 100%. Nada extraño, la militancia y los votantes quieren que Cascos esté en la candidatura en el puesto más destacado posible.
Cada día conocemos un nuevo plano de la misma secuencia: renuncia del líder, posición de los notables, presentación de la candidata con apoyo del líder, propuesta de secretario general…Una cinta de autor. Fallaron los alcaldes, aunque la culpa la tuvieron el par de fornidos mensajeros que a la primera discrepancia sustituyeron las formas parlamentarias por una dialéctica más directa (“oye chaval, tú todavía no te enteraste…”). Echaron a perder la gran noticia del domingo.