Los ayuntamientos piden igual trato que las comunidades autónomas por parte del Gobierno central. Con la caída de la construcción, las cosas se han complicado definitivamente para las finanzas municipales. En la provincia de Sevilla hay tres ayuntamientos que han presentado regulación de empleo y otros muchos consistorios andaluces preparan expedientes similares. El presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Pedro Castro, ha entregado un documento a la ministra de Vivienda en el que señala que los ayuntamientos tienen suelo público para construir 175.000 viviendas. El presidente de la FEMP plantea que en los próximos tres años se pueden construir 400.000 Viviendas de Protección Oficial. No dudo que los ayuntamientos puedan ofertar suelo, pero los números cantan; en el primer trimestre del año cayó un 60% la construcción de vivienda protegida y se estima que a final de año la caída estará por encima del 50%.
La otra gran fuente de ingresos municipales son las transferencias del Gobierno. El proyecto de Presupuestos cayó como una ducha fría sobre la cabeza de los alcaldes. Las previsiones diseñadas por el Ministerio de Economía, en el mes de julio, fueron muy contestadas por los ayuntamientos, porque el fondo para municipios y diputaciones sólo crecía en un 6,3%. Pues bien, en el proyecto presupuestario sólo aumenta en un 2% dicho fondo. El argumento del Gobierno es irreprochable: bajaron las previsiones de ingresos fiscales. Ante esta situación, los alcaldes barajan varias posibilidades entre las que destaca la petición para que les dejen aplicar el impuesto de plusvalía sobre el valor de mercado de los inmuebles, en vez de usar como base el valor catastral. Otra petición es que les dejen incurrir en déficit en la misma proporción que el Estado y las comunidades autónomas.
A los alcaldes no les acompaña el don de la oportunidad. Este año decidieron dar la batalla por un nuevo modelo de financiación y resulta que sus peticiones se solapan con la mayor crisis de las finanzas mundiales. Está Solbes calculando la millonada que les va a prestar a los bancos y llegan los regidores para preguntar por su déficit. Sólo les va a quedar el consuelo de pensar que las comunidades autónomas tampoco saldrán mejor paradas.