PSOE e IU presentaron el acuerdo del gobierno de coalición que van a formalizar en los próximos días. La idea motriz del pacto es lograr un ejecutivo fuerte para afrontar los problemas que tiene Asturias. La fortaleza de un gobierno se mide, en primer lugar, por su respaldo parlamentario, algo que en este caso está asegurado al contar con 25 diputados. Volvemos al escenario político de la pasada legislatura, con un gobierno de mayoría absoluta, presentado bajo una etiqueta ideológica, “gobierno de izquierdas”. A partir de ahora toda la izquierda estará en el gobierno y toda la derecha en la oposición, así que hasta las discusiones parlamentarias que versen sobre los asuntos más técnicos saldrá a relucir la enseña ideológica. En Asturias hay un exceso de ideología en los discursos políticos que sirve para justificar las propuestas propias y denostar las iniciativas del rival, un truco que veremos muy repetido en el futuro: “a un grupo como el suyo, de derechas, no le importa la política social”, “despilfarran con el gasto, como todos los gobiernos de izquierda”.
El acuerdo conlleva el reparto de consejerías, quedando Bienestar Social y Vivienda, y Medio Rural, bajo la férula de IU. Hemos dicho hace varias semanas que IU no podía gestionar Medio Ambiente, porque hay varios contenciosos pendientes entre los dos partidos, y Cultura, que podría ser una salida, roza con una materia muy delicada: la llingua. Partiendo de esas consideraciones y dando por supuesto que el número de consejerías para el socio minoritario del gobierno sería el de dos -como fue en la pasada legislatura-, el reparto del pastel tiene su lógica. Bienestar Social y Vivienda ya estuvo en manos de IU, así que dispone de dirigentes y equipos (Noemí Martín, Ángel González, Pedro Rodríguez, Manuel Orviz) para continuar con esa labor, en cuanto a Medio Rural supone un departamento poco conflictivo para el PSOE.
Desde estas líneas siempre hemos apostado por una interpretación real de la negociación, alejada de las explicaciones oficiales, que se podría sintetizar en dos puntos: el pacto no tenía alternativa y el acuerdo básico se fraguó hace mucho tiempo en conversaciones entre dos dirigentes, que a veces se ampliaron a cuatro. Todo cupo en ese guión, excepto el geriátrico de Sotrondio.