Desde la Consejería de Bienestar Social, Vivienda y Cooperación se va a desarrollar en el Principado la ley de Memoria Histórica. La norma aprobada en la anterior legislatura por iniciativa del Gobierno de Rodríguez Zapatero se aplicará en Asturias desde una de las dos consejerías que gestionará IU. Afiliados y votantes de esta fuerza política formaron el voluntariado que trabajó por toda la geografía española en busca de fosas anónimas.
Muchos de los restos humanos encontrados se deben al esfuerzo de militantes o personas próximas a IU, así que entra dentro de la tendencia natural o la vocación de este grupo el interés por la aplicación de la Ley de Memoria Histórica.
Al PSOE le viene bien este cometido de Izquierda Unida, porque es un asunto en el que tienen intereses coincidentes y ayuda a dar un sesgo de izquierdas al Ejecutivo de coalición, para diferenciarlo de las iniciativas de la oposición de derechas. En un tiempo de crisis económica profunda, a falta de logros materiales (autovías, trenes de alta velocidad, creación de empleo), se puede tratar de vender un discurso ideológico, que etiquete a la clase política en «buenos» y «malos», víctimas y enterradores. Soy consciente de que IU tiene una visión muy ideológica de la sociedad. Por otra parte, los discursos y las iniciativas concretas de la coalición responden más a necesidades internas de la organización (grupos de militantes, bases sindicales, colectivos ecologistas) que a las preocupaciones del elector medio.
No obstante, sería un error para Izquierda Unida que sus representantes pusieran grandes energías en la tarea, porque en ese terreno ya tiene todos los votos que le corresponden.
En el desarrollo de la Ley de Dependencia, en la gestión de la política de vivienda protegida y en la defensa del sector lácteo se juega el mantenimiento de su cuota parlamentaria, partiendo del supuesto de que en las circunstancias actuales repetir el número de escaños sería un triunfo para la coalición.
En la dirección de IU tendrían que hacer un ejercicio de pragmatismo y preguntarse por la primera competencia que hubiera cedido el Partido Socialista. La pregunta se contesta sola: la aplicación de la Ley de Memoria Histórica. E interrogarse sobre aquellas de las que más les cuesta desprenderse a los socialistas: Bienestar Social y Medio Rural. A partir de esas premisas deben organizar su parcela de poder los representantes de IU dentro del Gobierno.