La consejera portavoz del Gobierno asturiano criticó duramente al consejo de la Sindicatura de Cuentas por actuar sin discreción, independencia y transparencia. Según Ana Rosa Migoya, algunos síndicos actúan en clave política. Vamos por partes. La discreción de los síndicos es similar a la que tienen que guardar los responsables de otras instituciones públicas, como los gobiernos. No se trata de una cualidad singular de la Sindicatura. Tampoco lo es la transparencia, ya que no es un órgano con un gran volumen de gestión en el que el control del gasto sea un elemento importante. Sin embargo, la independencia, una cualidad que no caracteriza a parlamentos y gobiernos, resulta completamente fundamental en el caso de la Sindicatura de Cuentas. Sin independencia de los partidos o de cualquier otro centro de poder, el trabajo de los síndicos carece de interés. Podrá servir para la lucha entre el Gobierno y la oposición, pero no es esa la función de un tribunal de cuentas.

La independencia y la solvencia profesional son los elementos sobre los que debe levantar su prestigio cualquier institución encargada de fiscalizar al sector público. Ana Rosa Migoya dice que algunos síndicos actúan en clave política, lo que viene ser sinónimo de ejercer sin independencia. En su día, la elección de los síndicos no fue realizada pensando en reforzar la independencia de la institución, porque de ser así hubieran quedado descartadas las personas que tienen un extenso y comprometido currículo político. La Sindicatura de Cuentas pretende ser una institución neutra, pero los que pusieron sus mimbres eligieron a algunas personas con marcado perfil ideológico.
El consejo de la Sindicatura emana del Parlamento, pero no respeta la proporcionalidad parlamentaria. Todas las disputas en torno al órgano fiscalizador de la comunidad autónoma eran perfectamente previsibles hace cuatro años, cuando fueron elegidos los síndicos.

Atravesada por la polémica y con un calendario de fiscalizaciones elegido por una mayoría de síndicos -que no por consenso-, el método de trabajo de la Sindicatura debería ceñirse a los dictámenes de los técnicos (auditores y letrados). Es un personal muy cualificado que conoce perfectamente las sociedades que se pueden auditar. Y, en caso de dudas, ahí están también los letrados de la Junta, institución de la que depende directamente la Sindicatura de Cuentas.