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Juan Neira

LARGO DE CAFE

ZAPATERO, 50% DE ACIERTOS

SI del debate sobre el estado de la nación excluimos descalificaciones y retóricas, nos encontramos con cuatro medidas concretas: fin del trato fiscal favorable para la compra de vivienda, estímulos para la adquisición de coches, rebajas de impuestos para las pequeñas empresas y envío de ordenadores gratuitos para los escolares. Vamos a analizarlas.
Vivienda
Que dentro de dos años se acaben las desgravaciones fiscales para la compra de la vivienda y que la medida reciba el aplauso de David Taguas, presidente de la patronal de las empresas constructoras, es como para no dar crédito a lo que se lee. Hay un excedente de 1.050.000 pisos nuevos sin vender que se espera crezca en 200.000 unidades para 2012. Un exceso de oferta como nunca lo hubo en la historia de nuestro país y la respuesta del Gobierno es retirar dentro de año y medio los estímulos a la compra. Zapatero vendió la medida como si fuese un incentivo para los compradores, ya que el día del mañana lo tendrán más difícil.
El planteamiento es disparatado porque, con el crecimiento del paro y las restricciones crediticias, no hay datos objetivos para una compra masiva de viviendas. Sin embargo, hace tres o cuatro años hubiese sido una buena idea rebajar los estímulos fiscales, porque la economía estaba sobrecalentada, el crédito crecía muy por encima del incremento de los depósitos bancarios y se construían más viviendas en España que en Alemania, Francia e Italia juntas. Rodríguez Zapatero, o su sucesor, tendrán que devolver las bonificaciones fiscales a la vivienda.
Coches
La industria del automóvil es uno de los pilares económicos del país. En el último año la venta de coches en España se ha reducido a la mitad, la mayor caída de toda Europa, seguida a una distancia de casi diez puntos porcentuales por Inglaterra. Las plantas españolas han entrado en pérdidas y están sometidas a unos amplios expedientes de regulación de empleo. El 60% de lo que se fabrica en España va destinado a la exportación, pero si las fábricas se cierran, se perderán puestos de trabajo y empeorará el saldo exterior, punto débil por excelencia de nuestras cuentas macroeconómicas. La ayuda a los compradores ha dado un resultado impresionante en Alemania, donde se vendieron en el primer trimestre más coches que en los últimos diez años. Y eso que el PIB alemán retrocede más que en cualquier otro país europeo.
La propuesta de Zapatero de apoyar con quinientos euros de bonificación a cada comprador, que pueden ser complementados con otros quinientos por las comunidades autónomas es un acierto. En la automoción hay en juego 350.000 empleos y un 6% del PIB. La negativa de algunas comunidades autónomas a colaborar es una muestra de cerrilismo y politiquería. Quiero mencionar dos casos especiales: Cataluña y Galicia. Para hacer viable la fábrica de Seat, el Ministerio de Industria dio ayudas de 300 millones de euros para que el modelo ‘Q-3’ de Audi se fabrique en la planta barcelonesa. Y ahora Montilla no quiere subvencionar la compra de coches de los catalanes porque no está cerrada la financiación autonómica. Un ejemplo de estadista.
Tampoco está mal la negativa de Feijóo a subvencionar la compra de coches, teniendo una planta de Citroën en Pontevedra que hace esfuerzos extraordinarios por ganarse el favor del público: hasta 6.400 euros en la compra de algunos modelos durante el presente mes de mayo. Feijóo promete dar tardes de gloria, porque ya anunció una rebaja del impuesto de la renta (tramo autonómico) para 600.000 gallegos en la antesala de negociar la financiación autonómica con el Gobierno, al que pedirá que aporte más dinero para Galicia del impuesto de la renta (tramo estatal). Otro estadista.
Pymes y ordenadores
La rebaja de cinco puntos para la pymes en el impuesto de sociedades es un acierto. No cabe frivolizar diciendo que todas las empresas pierden dinero, aunque habría que plantearse extender esta medida al resto de sociedades mercantiles. Se podría elevar el IVA y rebajar el Impuesto de Sociedades si se quiere paliar el desempleo.
La entrega de un ordenador portátil a cada escolar de diez años (más de 400.000) es una propuesta equivocada, planteada en clave consumista. Si el Gobierno quiere redoblar los esfuerzos con las nuevas tecnologías que ponga un ordenador de pantalla grande en cada pupitre y menos engatusar a las familias con regalos del día de Reyes. Y, por supuesto, que aumente la formación del profesorado para que no tenga que recibir lecciones de los alumnos.
Ahora bien, si se quiere mejorar toda la educación debe incluirse la mejora de los idiomas y la vuelta al conocimiento en matemáticas, historia, física o filosofía, porque la obsesión por las «destrezas» deja a España en el último lugar de la clase.

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por JUAN NEIRA

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