El presidente Areces señala como prioridades para el futuro inmediato la implantación de otro sistema de financiación autonómica y la aprobación del presupuesto para el año 2010. Las dos cosas están relacionadas, porque los ingresos presupuestarios del Principado se nutren de los fondos de solidaridad del nuevo modelo de financiación. Con un modelo ventajoso los presupuestos regionales tendrán generosas partidas de gasto e inversión.
Asturias es la cuarta comunidad autónoma con más recursos por habitante en el actual sistema de financiación, una situación muy favorable que el presidente del Principado aspira a mantener con el nuevo modelo. Álvarez Areces pretender lograr la suficiencia financiera para mantener la calidad de los servicios públicos, pero también estará pendiente de los recursos que obtengan el resto de comunidades, para no perder posiciones entre el conjunto de las regiones. El deseo es muy loable, porque nadie está más capacitado para luchar por los intereses de nuestra tierra que el presidente de todos los asturianos, pero no veo la manera de mantener esa posición de privilegio cuando el nuevo modelo se calcula a partir de una variable fundamental: el aumento de cuatro millones de habitantes habido en los últimos años. Un crecimiento demográfico experimentado en regiones como Las Baleares, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Andalucía, Murcia o Madrid, mientras Asturias perdía unos miles de habitantes. Por mucho que compute la vejez o la dispersión de la población no puede servir para compensar la llegada masiva de inmigrantes a esas regiones. Sería interesante saber qué cantidad de dinero adicional espera obtener el presidente Areces con el futuro sistema de financiación. Algún cálculo tiene que tener, porque el próximo presupuesto regional se financia con esas nuevas entradas de dinero.
El Presidente del Principado quiere contar para el año 2010 con un presupuesto semejante al actual, de modo que la caída de la recaudación tributaria quede compensada por otras vías. Se nos ocurren tres posibilidades: elevación de impuestos, mayor endeudamiento y la mejora del modelo de financiación autonómica. Hay otra herramienta sensata que no sé si está en la mente del presidente asturiano: podar el gasto en partidas que no producen daño social.