Izquierda Unida rechaza la previsión socialista de confeccionar un proyecto de presupuestos para 2010 con una cuantía inferior al actual. El socio minoritario del Gobierno de coalición dice que la crisis obliga a presentar unas cuentas expansivas e inversoras para generar empleo. La vía para contar con un presupuesto inversor consiste, según IU, en recortar gastos superfluos.

El volumen de los presupuestos está condicionado por dos variables, la recaudación fiscal y el nivel de déficit que se acuerde asumir. Los ingresos por IRPF, IVA e Impuestos Especiales (los tres grandes impuestos del Estado presentes en la financiación autonómica) son inferiores a los del pasado año. El déficit de las comunidades autónomas se fijó, con el Gobierno, en un 2,5% del PIB para el próximo año. No hay forma de estirar más las cuentas, de modo que la cuantía del presupuesto será, casi con toda seguridad, algo inferior al actual. La aritmética tiene unas reglas universales que no se pueden variar según los gustos de cada comunidad autónoma.

Los dirigentes de IU dicen que la solución pasa por reducir gastos superfluos. Si se reducen gasto corriente se puede aumentar las inversiones, pero por esa vía no crecen los presupuestos. El tamaño de los presupuestos sólo depende de los ingresos fiscales y el nivel de endeudamiento. Ahora vamos a detenernos un momento en la cuestión de los gastos superfluos. En principio, supone un avance la propuesta de IU, porque hace años la única medicina que preconizaba para incrementar los presupuestos consistía en aumentar la presión fiscal. Desde el principio de la actual legislatura, IU criticó algunas políticas de gasto, como el cheque bebé, la generalización de las ayudas para comprar libros de texto, o las subvenciones para comprar ordenadores. No se trata de críticas demagógicas, y en un contexto de crisis resultan más que razonables. El problema está en que todo el dinero destinado a esas partidas apenas da para financiar inversiones. Por esa vía se reduce muy poco gasto. Se ahorra mucho más congelando las nóminas de los funcionarios que suprimiendo el cheque bebé y cancelando las subvenciones para ordenadores.

En resumen, las cuentas decrecerán y si se quiere aumentar la inversión habrá que recortar gastos en algunos capítulos que ningún grupo político se atreve a proponer.