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Juan Neira

LARGO DE CAFE

VIENTO DEL NORTE

Todo territorio lleva adosado un relato entre realista y fantástico que difunde el pasado. Nuestra etapa autonómica tiene en Taramundi una Piedra Numerada del autogobierno. La Rectoral fue el inicio del turismo rural, un modelo de éxito que va más allá del sol y playa del desarrollismo del Mediterráneo. Un hallazgo del consejero de Obras Públicas, Transporte, Comunicación y Turismo, Pedro Piñera, y del presidente del Principado, Pedro de Silva.

A mediados de los años ochenta del pasado siglo, el Principado carecía de competencias y apenas tenía unos pocos miles de funcionarios. El Gobierno regional, de un perfil cultural alto en comparación con los gobiernos del presente siglo, sólo podía ser rico en ideas. Con ese capital y 85 millones de pesetas remodeló la Casa Rectoral, para convertirla en «La Rectoral», formato que fue replicado por toda la geografía regional, que en aquellos años encontró un logo que captó su esencia: Paraíso Natural.

La Rectoral

Allí hubo la primera cumbre bilateral, Principado-Xunta de Galicia, con los presidentes De Silva y González Laxe. También en La Rectoral se entrevistaron De Silva y Fraga y, más tarde, Areces y Fraga. En el mismo escenario, el pasado viernes, los presidentes Adrián Barbón y Alfonso Rueda renovaron la liturgia de los encuentros bilaterales que siempre se desarrollaron en una atmósfera más que cordial, propia de primos hermanos. Una cumbre de la que salieron muchos proyectos, relacionados con la demografía (retorno de los ciudadanos de la diáspora, inclusión de ambas regiones en el apartado de zonas escasamente pobladas de la Unión Europea) y el Corredor Atlántico.

Quiero poner la atención sobre las enseñanzas de un hecho. En el último mes y medio, el presidente del Principado tuvo cuatro encuentros con presidentes de comunidades autónomas vecinas para tratar de cuestiones estratégicas.

Corredor

El 27 de enero, en Santiago de Compostela, los presidentes de Asturias, Galicia y Castilla y León, con los representantes de entidades empresariales de las tres regiones, procedieron a la puesta de largo del ramal noroeste del Corredor Atlántico. Al acto acudieron cientos de personas. Por primera vez, el noroeste mostraba sus credenciales en un acto muy concurrido, al modo que hacen los prohombres del Corredor Mediterráneo cuando quieren presionar al Gobierno central. Mensaje claro: queremos plan director para el corredor, un comisionado para gestionarlo e inversiones.

El 7 de febrero, Barbón, con Miguel Ángel Revilla se entrevistó con la ministra de Transportes, Raquel Sánchez. Un encuentro urgente, de caras largas, con el escándalo de los trenes que no cabían en los túneles sin resolver. La ministra prometió renovar toda la flota de trenes para vía estrecha (38 trenes) en el menor tiempo posible, ofertar billetes gratis para los viajeros y depurar responsabilidades.

Los presidentes, sin cambiar el rictus, dieron por buenas las medidas. Lo que ignoraba Raquel Sánchez es que los dos presidentes tenían preparada una sorpresa para el caso de que ella se enrocara: pedir públicamente la dimisión de la ministra.

No hizo falta recurrir al órdago, porque unas horas antes de empezar el encuentro, la secretaria de Estado del Ministerio de Transportes y el presidente de Renfe presentaron la dimisión.

Trenes

El ‘affaire’ de los trenes deja enseñanzas en distintas direcciones. En lo tocante a los gobiernos de Asturias y Cantabria, quedan ya advertidos de que deben hacer un seguimiento mucho más riguroso de los planes de infraestructuras del Gobierno para sus territorios. Hay que estar continuamente sobre Madrid preguntando ¿cómo va lo mío?

El pasado lunes, en la sede del Gobierno vasco, en Vitoria, se reunieron Barbón, Urkullu, Revilla y Rueda. Toda una vida esperando este encuentro. Años, lustros, décadas cultivando el minifundio. Tratando de hacerse un hueco en el mapa autonómico desde nuestra pequeña finca. Con la excepción de Galicia (casi 30.000 kilómetros cuadrados), el resto tenemos una superficie reducida. Asturias también, pero mucho más acusado en el caso del País Vasco (apenas 7.000 kilómetros cuadrados) o Cantabria.

Por razones muy difíciles de explicar, optamos desde la transición por coexistir en vez de convivir. Nos gobernamos de espaldas unos a otros. Sin tensiones, sin conflictos, sin compartir planes, sin informar de experiencias, sin asociarnos ante problemas. Simplemente de espaldas. Recuerdo cuando se construyó la autovía del Cantábrico, la obra del siglo XX para la cornisa cantábrica. Cada gobierno, cada población, estaban preocupados porque el avance de la obra, de este a oeste, llegará hasta su territorio. El resto carecía de importancia.

Cantábrico

Ojalá en Ajuria Enea haya empezado otra historia. Somos seis millones y medio de ciudadanos, el 13,8% de la población española, y el largo proceso de la industrialización nos ha mejorado. La ganancia de tamaño, la masa crítica, la alcanzaremos en cuanto compartamos el territorio. Debemos de tener infraestructuras culturales de otra longitud de onda, empezando por las universidades.

Al mapa autonómico aportamos la inteligencia del norte, un reducto de sabiduría tallado en experiencias singulares que nos llevaron del aislamiento a la internacionalización. La marca es el Cantábrico. Y tenemos la fuerza del viento para lograrlo.

 

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por JUAN NEIRA

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