El consejero de Fomento, Alejandro Calvo, pide al Ministerio de Transportes que solucione con inmediatez el problema creado con las Cercanías de Renfe en Asturias, donde se suprimen servicios por falta de conductores. Según el consejero, con doce nuevos maquinistas se podría ofrecer un servicio de calidad, con capacidad para hacer frente a las bajas laborales que vayan surgiendo.
Cuanto más barata sea la solución, más grande es el problema. Me explico. Si una empresa, como Renfe, que se encuentra en máximos históricos de personal, con más de 15.000 trabajadores, permite que los servicios de Cercanías en el área central asturiana queden anulados, es porque no considera importante resolver el problema. En vez de desplazar a una docena de maquinistas a Asturias, prefiere que la imagen de la empresa se degrade ante los ojos de los asturianos y sus representantes públicos. Pese al escándalo que se originó con los trenes que no cabían en los túneles, la cúpula del Ministerio de Transportes permite a Renfe que siga dando un trato vejatorio a nuestra región como sólo lo hacen las empresas públicas en los países más atrasados.
Los doce maquinistas que Renfe no quiere asignar a las Cercanías asturianas es sólo el síntoma del verdadero problema que no es otro que el desinterés del Ministerio de Transportes por las necesidades de la región. No es un fenómeno nuevo. Durante décadas hemos visto cómo las obras que ejecutaba el Ministerio más tarde eran las que hacía en Asturias (la última región costera en tener su territorio vertebrado por una carretera de doble calzada), porque tenemos una orografía complicada, porque el kilómetro de nueva construcción es más caro y porque somos pocos y en las urnas carecemos de peso. En contra de nuestros intereses siempre jugó la alta factura de las obras, que servía a los gobiernos de turno para justificar demoras e incumplimientos. Sin embargo, esta vez, el desinterés o el desprecio quedan al descubierto, ya que el gasto de doce maquinistas para las cuentas de Renfe es el mismo si conducen por vías asturianas que si lo hacen por otros territorios. Alejandro Calvo dice que «no podemos permitirnos que las expectativas generadas en torno a las Cercanías ferroviarias queden truncadas por problemas de servicio». Yo creo que esos problemas desvelan que las promesas del Gobierno sobre las Cercanías ferroviarias son ya papel mojado. Cómo van a fabricar 18 trenes para Asturias, si no son capaces de trasladar 12 maquinistas a nuestra región.