>

Blogs

Luis Arias Argüelles-Meres

Panorama Vetustense

Un susurro y muchos ladridos

Testimonia Azaña en sus ‘Memorias’ que Ortega, tras polemizar con él acerca del Estatuto de Cataluña del 32, comentó el discurso de don Manuel en los siguientes términos: «Alguien me cuenta que don José Ortega ha dicho en la Revista de Occidente, refiriéndose a mi Discurso: ‘Tres horas en un ladrido’. ¿Tan perro soy?». Pues bien, si nos tenemos que referir al cambio que se produjo en la política vetustense desde aquel memorable Pleno de del mes de junio a esta parte, cabría hablar de cómo un susurro se impuso a tantos y tantos ladridos.

Lo cierto es que aquel susurro de Ana Taboada a Wenceslao López, haciéndole saber que Somos lo iba a votar, significó un antes y un después no sólo en la vida pública de Oviedo, sino también –por más que les pese a muchos– asturiana. La historia es conocida: al no haber apoyado Xixón sí puede al candidato socialista a la Alcaldía de Gijón, la FSA se opuso a que sus ediles electos en Oviedo votasen a Ana Taboada como alcaldesa, cuyo grupo era el mayoritario en la izquierda carbayona. Conviene no dejar de preguntarse qué hubiera pasado de no haber tenido ese gesto tan generoso la actual vicealcaldesa de Oviedo, generosidad que nunca le agradeció explícitamente el PSOE astur.

A lo que íbamos, ¡cuántos ladridos frente a un susurro! Ladridos no sólo del gabinismo que sigue llevando muy mal haber sido despojado del poder tras veinticuatro años campando a sus anchas, sino también de quienes siguen reprochando a Podemos que en Gijón gobierne la extrema derecha casquista, ello a pesar de que la señora Moriyón está cada vez más distanciada del fundador de Foro, ahora casi desaparecido tras haber entregado sus armas y bagajes al PP contra el que se había sublevado, y no poco.

Ladridos en el mismo día de la investidura de Wenceslao López. Ladridos que ponen al tripartito de Oviedo como la encarnación de todos los males, como una ruina. Ladridos que plasman lo mal que llevan la derrota no sólo los que perdieron la Alcaldía, sino también los que no supieron asumir dignamente la generosidad antes mencionada.

El susurro de Ana Taboada lo cambió todo en Oviedo, sucedió lo inesperado para canovistas y sagastinos. Y, tras todo aquello, son muchos los frentes abiertos, empezando por dar solución a El Cristo, a la plaza de toros, a la fábrica de gas, a los terrenos de la fábrica de armas. Siguiendo por construir un modelo de ciudad que no tenga nada que ver con la política gabiniana, tan abigarrada y ramplona como su estética, ni tampoco con una desconexión continua de las inquietudes de la ciudadanía, que poco tienen que ver con rendir culto a vacas sagradas que no se caracterizaron precisamente por su independencia de criterio.

Tras casi dos décadas y media de ladridos, de apoyos mediáticos mercenarios, de estridencias continuas, llegó el susurro que lo transformó todo, sin que ello signifique que todo está discurriendo a la perfección, sin que ello signifique que no se cometan errores, sin que ello signifique que no haya salidas de tono inoportunas, así como narcisismos que están fuera de lugar.

Pero desde entonces Oviedo no se gobierna con maneras chusqueras. Pero desde entonces Oviedo tiene un alcalde que cuenta con la honestidad como hilo conductor.

Llegó el susurro y mandó parar. Y a casi todos los pilló con el paso cambiado.

Temas

Blog de Luis Arias Argüelles-Meres

Sobre el autor

Luis Arias Argüelles-Meres es escritor y profesor de Lengua y Literatura en el IES "César Rodríguez", de Grao. Como columnista, publica sus artículos en EL COMERCIO sobre,actualidad, cultura, educación, Oviedo y Asturias. Es autor de los blogs: Desde el Bajo Narcea http://blogs.elcomercio.es/desde-el-bajo-narcea/ Desde la plaza del Carbayón http://blogs.elcomercio.es/panorama-vetustense/


diciembre 2015
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031