«Habría que añadir dos derechos a la lista de derechos del hombre: El derecho al desorden y el derecho a marcharse». Baudelaire.
Conste que no hago juicios, ni prejuicios, acerca de todo lo relacionado con la imputación del señor Caunedo. Conste que, como suelo repetir con frecuencia, los linchamientos me resultan abominables y no seré yo quien participe en ellos añadiendo más crispación mediática al asunto. Conste –otra insistencia más- que guardo un excelente recuerdo de Caunedo de sus tiempos de estudiante de COU en los que le di clase.
Dicho todo ello, no puedo dejar de preguntarme por qué no dimite, lo que le permitiría poder defenderse desde fuera de la política, lo que, por añadidura, sería beneficioso tanto para su partido en todos los ámbitos, especialmente, en el municipal.
Miren, me cuesta entender que el interesado no se dé cuenta, o, al menos, eso parece, de que sus apariciones en la prensa tienen más que ver con el asunto de Aquagest que con su condición de líder del grupo municipal en el Ayuntamiento de Oviedo. Y que esto que digo, comprobable con un mero vistazo a las hemerotecas desde que el asunto salió a la luz pública, sería razón más que suficiente para dejar el cargo hasta que el asunto, judicialmente hablando, se aclare.
¿De verdad, se puede pensar que su tarea como líder de la oposición en el Ayuntamiento de Oviedo, la puede cumplir satisfactoriamente? Y, por otra parte, si en la mayor parte de las comparecencias de su grupo municipal Caunedo no está presente, ¿no sería mucho mejor que dimitiese?
No sé hasta dónde llegará el pacto de investidura que parecen estar negociando el PP y Ciudadanos. Pero, en todo caso, afecte o no ese pacto al ámbito municipal, su presencia en la vida pública, hasta que el asunto se aclare, resulta claramente un lastre.
¿Cómo no recordar la postura que adoptó Caunedo siendo alcalde, apartando a Reinares, cuando fue imputado, e insinuando, de algún modo, que su deseo era que dimitiese el edil de su grupo?
¿Por qué no dimite? ¿Por qué sigue ahí como una sombra de sí mismo? ¿De verdad, cree el exalcalde que, en las presentes circunstancias, está en condiciones de liderar la oposición? ¿O se conforma con los ataques mediáticos que recibe el actual equipo de gobierno? De ser así, su presencia no aporta, ni puede aportar, gran cosa.