A decir verdad, hasta el encuentro frente al Lugo, si bien la última racha de resultados era excelente, el juego del equipo estuvo muy lejos de despertar entusiasmo. Sin embargo, tengo para mí –y ojalá acierte- que el último partido en el Carlos Tartiere, aun sin ganar, consolida al equipo, y lo veo así porque en los primeros minutos de la segunda parte, el Oviedo, a pesar del campo y del árbitro, jugó con ambición y mordiente, logrando abrumar al contrario y arrinconarlo en su defensa, a la veces, a la desesperada.
Recibimos un gol en una jugada desgraciada, tanto como la que nos benefició el pasado domingo en Murcia. Por tanto, Verdés pudo desquitarse, al transformar el gol del empate, de la mala fortuna en el tanto local, cuando desorientó por completo a Juan Carlos. Y, sin duda, el gol de Oviedo, dos minutos antes de que se cumpliese el tiempo reglamentario, hizo justicia al empuje, la lucha y la ambición del conjunto azul.
Ante el Lugo, el empate no supo a poco, y ello fue así porque el Oviedo no se hundió, no dejó de luchar y arrinconó a un rival con oficio que no pudo consolidar su ventaja. Por ello, cabe suponer que el conjunto de Hierro ya forma un bloque sólido, y tiene claro que su papel en este campeonato va más allá de un mero cumplimiento del expediente.
A estas alturas, lo que importa –perdón por la perogrullada- no es la clasificación, sino la solidez que el Oviedo viene mostrando, una solidez que no se basa en un juego deslumbrante, ni siquiera coordinado entre líneas, particularmente, entre el centro del campo y la delantera. El juego y la coordinación son, sin duda, mejorables.
Dicho esto, creo que hay motivos fundados para el optimismo. El Oviedo es un conjunto seguro atrás, y con jugadores calidad en el resto de las líneas. Y, por otro lado, se demuestra cada domingo que todos los futbolistas están concentrados en su tarea y concienciados de que deben rendir al máximo. La intensidad no falta.
Por otra parte, me da la impresión de que Susaeta, poco a poco, va ganando en forma física, y, como bien se sabe, se trata de un jugador que es muy importante por su calidad y por su concurso en el balón parado. Por tanto, es de esperar que su mejor versión esté por llegar en lo que resta de temporada.
Así pues, creo que el equipo está en fase de crecimiento, que la buena racha que llevamos no obedece sólo a golpes de suerte. En fin, que hay motivos para la esperanza, al menos, desde el pragmatismo.
Que así sea.