Hubo un tiempo en el que se hizo el paripé de modificar el Estatuto de Autonomía de Asturias. Aquello se quedó en un episodio de palabrería que apenas despertó el interés público. Y se habló fundamentalmente de dos cosas: del asturiano y de la capitalidad de Oviedo.
Pues bien, relacionándola con el supuesto pacto presupuestario regional, que, según todo parece indicar, no se va llevar a cabo, vuelve a la palestra el asunto de la capitalidad de Oviedo. Y, según leí en EL COMERCIO, esto lo va a plantear el jefe de la oposición en el Ayuntamiento carbayón, o sea, Agustín Iglesias Caunedo. Así pues, se retoma algo que en su momento planteó Gabino de Lorenzo cuando ejercía de primer edil de la ciudad.
Pero, volviendo a la información publicada en EL COMERCIO, parece ser que Somos también está por la labor de que, en los presupuestos autonómicos, se considere la capitalidad vetustense.
Habrá que esperar a que se celebre el Pleno de diciembre para ver cómo se concretan las propuestas del PP y de Somos que, salvo sorpresa mayúscula, no convergerán. De hecho, desde la formación morada se apunta que este asunto no se debe plantear desde el victimismo de aquel famoso ‘cerco a Oviedo’ que llegó a ser un disco rayado, aunque tuvo su eficiencia electoral seguramente.
En todo caso, partiendo del hecho de que no se discute la mayor, esto es, que se tiene muy claro cuál es la capital de Asturias, habrá que ver en qué se traducen las propuestas. Es obvio y perogrullesco que Oviedo se beneficia de ser la capital por el mero hecho de que aquí se hacen trámites y gestiones que conllevan presencia de personas que hacen sus gastos relacionados con sus idas y venidas. También lo es que la capitalidad conlleva su servidumbre y que, en este sentido, es lógico que nuestra ciudad pueda tener su compensación desde el ámbito presupuestario autonómico.
Dicho lo cual, se plantean dos cuestiones fundamentales. La primera de ellas es que sería todo un detalle que no se incurriese ni en chovinismos ni en victimismos que desprenden siempre el tufillo de los localismos que son tan perniciosos en nuestra tierra. La segunda cuestión que se suscita es que el tratamiento que Oviedo pueda recibir en cuanto al concepto de capitalidad tendría que compaginar con el proyecto del área metropolitana o central de la que tanto se habla, aunque nada se esté haciendo.
Sería fantástico que este debate no se quedase en mera palabrería y que, desde el Ayuntamiento de Oviedo se aportase una propuesta que despejase incógnitas y allanase el camino de la Asturias del siglo XXI, con un proyecto de ciudad y de capitalidad inclusivo para el resto de nuestra tierra.
Puede que toque llevar la antorcha. Y, en ese caso, sería fantástico.