VIGA AZUL: PURA IMPOTENCIA
Quedaban dos finales, pero es casi imposible pensar en la segunda, cuando se malogró la primera, de forma traumática, ante una hinchada que acudió masivamente a León, ante un rival que se jugaba la permanencia y que, de entrada, era vulnerable en defensa.
Tras ello, lo que queda es amargo Una vez más, en el tramo final del campeonato nos hemos quedado prácticamente sin opciones. Una vez más, el juego y los resultados son la imagen misma de la impotencia.
¿Qué fue de aquel Real Oviedo que, tras vencer al Sporting con solvencia y autoridad, plantó cara ante el Huesca y el Rayo Vallecano? ¿Qué fue de aquel Real Oviedo que parecía gustarse a sí mismo que era seguro en defensa y resolutivo en ataque? No queda otra que quedarse con que todo aquello no pasó de ser un espejismo.
Pero vayamos al partido que aquí nos trae. Resulta que somos incapaces de controlar el juego y el balón, de dar varios pases seguidos sin perder el control del esférico, de ser temibles atacando y seguros defendiendo. Cierto es que el penalti en el descuento del descuento antes del descanso fue, como poco, dudoso. Cierto es que, psicológicamente, es duro irse al descanso con un resultado adverso en esas circunstancias. Cierto es que la Cultural se lo jugaba todo y luchó sin desmayo.
Pero, con todo, no hay que soslayar nuestras carencias. Recuperamos balones, sí, pero sin conseguir sacar partido a nuestra presión. Luchamos, sin duda, y los futbolistas del Oviedo no se esconden a la hora de intentarlo, pero falta precisión, pero falta confianza, pero falta ese entendimientos entre líneas que puede ser letal para el adversarios.
Lo dicho, salvo que en la próxima jornada se den una serie de carambolas que resultarían altamente improbables todas juntas, será la tercera temporada consecutiva en la que las ilusiones se frustran al final. Seamos claros: tras tantos años en el pozo, no pasa nada por estar una temporada más en Segunda división, máxime si se tiene en cuenta que la deuda se está reduciendo y que tenemos el respaldo del Grupo Carso.
Dicho esto, a lo mejor, hay que valorar que, a la hora de hacer fichajes, sería bueno mejorar lo que se vino haciendo desde que regresamos al fútbol profesional, al tiempo que, tras el ascenso del Vetusta, conviene volcarse lo más posible en cuidar la cantera, un cantera que siente el oviedismo en sus entrañas.
Resultó desolador ver la tristeza en los semblantes de muchos oviedistas que se desplazaron hasta León. Con ellos, -y por ellos-, hay que procurar por todos los medios acertar en la planificación de la temporada próxima.
