Me parece un acierto pleno y afortunado que se haya decidido por parte del Ayuntamiento de Oviedo que Concha Quirós sea la pregonera de las fiestas mateínas del presente año. Tanto es así que ni siquiera se hace necesario glosar su figura pues, en este caso, el tópico es cierto. Se trata de una persona sobradamente conocida entre nosotros que no necesita presentación.

Siempre es de agradecer que, a la hora de nombrar a la persona que pregone las fiestas, no se incurra en el ‘famoseo’, ni que tampoco se premien adulaciones. De ambas cosas, hemos tenido casos en Oviedo. Pero no es el momento de hablar de ello, sino de felicitarnos por el hecho de que esta vez no se incurrió en tal cosa.

En una ciudad en la que ya no hay salas de cines comerciales en el centro y en la que continuamente se van cerrando librerías de referencia, la figura de Concha Quirós cobra una enorme relevancia, pues no sólo está al frente de una de las librerías con mayor arraigo en Oviedo, sino que además su apoyo a la literatura viene siendo una constante en la trayectoria vital y profesional de esta ciudadana tan merecidamente querida y respetada.

Estamos hablando de una persona que regenta una librería que tiene un importante protagonismo en una de las mejores novelas que se escribieron con Oviedo como escenario, es decir, en la obra ‘Para parar las aguas del olvido’, de Paco Ignacio Taibo. Estamos hablando, además, de toda una activista cultural que continuamente brinda su apoyo a la creación literaria y al saber.