ESPERANDO A PEDRO SÁNCHEZ
‘Un político divide la humanidad en dos clases: los instrumentos y los enemigos’. (Nietzsche).
¿De verdad, alguien puede creerse que, con la visita de Pedro Sánchez, anunciada para el domingo 9 de septiembre, se pueden arrancar compromisos al presidente del Gobierno que sean decisivos para Oviedo? Incluso, dando por hecho que tenga su mejor voluntad para hacer frente a las necesidades de esta ciudad que dependen del Gobierno central, como la negociación de los terrenos de La Vega, desde luego, no habrá milagros, ni siquiera un antes y un después de esta visita anunciada.
Pedro Sánchez no es Godot, ni siquiera Mister Marshall. Sí es cierto que en su travesía del desierto tras la defenestración de la que fue objeto hace dos años por parte de los principales mandamases de su partido, contó con el apoyo del alcalde de Oviedo, que no estuvo de acuerdo con que el PSOE facilitara la investidura de Rajoy. Y hasta es posible que, para la actual ejecutiva de Ferraz, que Oviedo tenga un alcalde socialista sea más importante que para la anterior FSA liderada por don Javier Fernández.
Desde luego, podemos estar seguros de que el actual presidente del Gobierno tiene mucha mayor sintonía con un Wenceslao López que con el exdirigente de la gestora socialista que facilitó la investidura de Rajoy.
Con todo, creo que el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Oviedo debería tener un proyecto para los terrenos de La Vega lo más perfilado posible, un proyecto que podría empezar a ponerse en marcha tan pronto hubiese un acuerdo entre la Administración Local y estatal. ¿Está ese proyecto listo más allá de las generalidades?
Porque en realidad estamos hablando de proyectos que no se llevarán a cabo en un periodo corto de tiempo; de lo que se trata es de sentar las bases, de poner los cimientos. Y, últimamente, da la impresión de que lo que prevalece ante todo es el nerviosismo ante una cuenta atrás para la cita con las urnas, cuenta atrás que comienza en este curso político.
Más allá de lo divertido que pudo resultar el episodio en el que Ana Taboada y Marisa Ponga discreparon acerca de la necesidad de un desbloqueo en la negociación sobre los terrenos de La Vega del que habló la edil de Somos, frente a la contestación de la edil socialista, afirmando que no cabe hablar de un bloqueo que no existe, está claro que no todo el mundo tiene la misma prisa dentro del llamado tripartito. No cabe esperar milagros, tan sólo guiños, que podrán dar de sí mediáticamente. Todo lo demás es espectáculo político.