Un Pleno con único asunto a tratar en el orden del día: la adhesión de Oviedo al convenio marco para la creación del área metropolitana. Al final, se rechazó con la suma de los votos de los dos grupos municipales mayoritarios, es decir, con el voto en contra del PP y de Somos Oviedo. Se supone que los estatutos por lo que iba a regirse la mencionada área metropolitana serían discutidos y elaborados a posteriori. Aun así, no se aceptó por parte de los dos partidos políticos mencionados.
Fue un Pleno amargo, un Pleno del desencuentro entre Somos y el PSOE que, con IU, configuran el gobierno municipal. No sólo se habló de electoralismo, sino también de falsedades y amenazas, incluso de traición.
Un Pleno amargo, digo, con un telón de fondo que viene de muy lejos. La Asturias central no sólo es la más poblada, sino que además se encuentra profundamente comunicada y vinculada. Del área central, se viene hablando desde hace mucho tiempo. Y, recientemente, la Administración autonómica sentó las bases para que los ayuntamientos implicados se adhiriesen.
Un telón de fondo que, en efecto, viene muy de lejos, ‘cerco a Oviedo’ incluido, tan omnipresente en aquellos años de vino y rosas del ‘gabinismo’, en los que parecía muy claro el reparto del poder del bipartidismo en Asturias.
Para quienes rechazaron el proyecto, el Área Metropolitana quitaría competencias a Oviedo, orillaría la política local y significaría más intervencionismo por parte de la Administración autonómica, o sea, todo el poder para la FSA.
El alcalde, en sus intervenciones, al principio y al final del Pleno, se mostró claramente dolido, porque, a su juicio, el PP y Somos cambiaron su postura a última hora y, además, el área metropolitana significaría progreso para Oviedo en particular y para Asturias en su conjunto.
Un desencuentro anunciado entre Somos y el PSOE. Un desencuentro también entre el PP y Ciudadanos.
Cierto es que fue un Pleno amargo y, en cierta medida, bronco, aunque, por fortuna, no se perdieron las formas. Así pues, este proyecto del área metropolitana será abordado a partir de las elecciones municipales y autonómicas que se celebrarán el último domingo de mayo.
En realidad, el rechazo que se produjo el 30 de enero no es más que un aplazamiento de algo que va a seguir en la agenda política.
En realidad, como trasfondo de todo esto, están los localismos y está esta Asturias tan pequeña y con poblaciones tan cercanas entre sí que, sin embargo, no deben renunciar a una visión de conjunto, sin perder de vista tampoco que la susodicha área metropolitana, de llevarse a término cuando proceda, tiene que ser capaz también de contar con las alas y no de aislarlas aún más, algo de lo que no se habló en este Pleno de los desencuentros.
Al final, estuvo la esgrima dialéctica entre Taboada y el alcalde, que dejó la sensación de un Pleno amargo que, aunque ya estemos casi al final del mandato, marcará un antes y un después en la presente legislatura.
Hubo un momento en el que recordé un excelente poema de Unamuno dedicado a nuestra ciudad. Se llama ‘Oviedo de Asturias’. Y, en este caso, es el título del poema lo que pone lo acontecido en carne viva.