“¡Qué irónico es que precisamente por medio del lenguaje un hombre pueda degradarse por debajo de lo que no tiene lenguaje!”. (Kierkegaard).
Otra vez la discusión presupuestaria: el conocido discurso de Rosón acerca de que el Ayuntamiento tiene ahora como prioridad atender a las necesidades ciudadanas, frente a los tiempos pasados en los que el PP dedicaba parte de los recursos públicos a la estabulación de caballos y a obras faraónicas que siguen hipotecando al Consistorio. Ante ello, las réplicas, ciertamente duras, de la oposición: el señor Pacho hablando de incumplimiento de plazos, de inversiones que no se hacen y de partidas presupuestarias que al final no se ejecutan. Don Eduardo Alonso, aludiendo a lo inconsistente de estos presupuestos, a colisiones con el llamado techo de gasto, a falsedades en el discurso del edil de economía.
Excesivo tiempo el empleado por los unos y los otros, insistencia en los mismos argumentos por parte de cada cual. Rosón puso todo su empeño en la defensa de los presupuestos aseverando que son los mejores de la historia de Oviedo. Por su parte, las descalificaciones de Pacho y de Alonso fueron muy contundentes. Pero todo ello no generó un debate vibrante: sobró el fárrago por parte de todos los intervinientes acerca del asunto. No es fácil hablar de economía con claridad y sin aburrir. Al menos, esa impresión dio ayer. Sopor, tedio, aburrimiento.
Todo ello me hizo recordar una anécdota que contaba don Valentín Andrés Álvarez que, tras leer un artículo en una revista de Economía, dijo que aquello estaba demasiado bien escrito para ser obra de un economista. Al final, resultó que el texto en cuestión lo había escrito Fernando Vela utilizando el seudónimo de Luis de Arriondas.
Pero el Pleno del 5 de marzo no sólo estuvo marcado por el aburrimiento, sino también por la crispación. Hubo un momento en el que Agustín Iglesias Caunedo protestó airadamente al percatarse de que lo estaban grabando de forma continua. Pacho secundó la protesta. Por lo visto, quienes grababan eran técnicos contratados por el grupo Somos Oviedo. Y los ediles concernidos por ello no parecían estar muy conformes con el uso que puede hacer de esas imágenes.
Crispación que también se puso de manifiesto en el propio seno del Tripartito. Rosón manifestó estar decepcionado con el Alcalde por el apoyo del primer edil a la concejala Ana Rivas, a quien considera que forma parte de la vieja FSA. Lo cierto es que los desencuentros entre la edil de Infraestructuras y Rubén Rosón vienen siendo frecuentes en los últimos tiempos, y en el Pleno del 5 de marzo volvieron a ponerse de relieve. A dos meses de las elecciones, y con la fragmentación anunciada, este mal ambiente no favorece las expectativas de las formaciones de izquierda.
Y, en fin, si hubiese que buscar en el Pleno del día 5 de marzo algo positivo, eso sería, sin duda, el apoyo que las “kellys” pidieron, con toda justicia, a una situación laboral escandalosamente injusta. Tan cerca el Día de la Mujer trabajadora, tan cerca una fecha decisiva en la lucha por la igualdad, por los derechos y las libertades, tan cerca una fecha que nos mueve a no bajar la guardia.
Tan cerca también un fin de Legislatura municipal que se viene agriando a pasos agigantados.