Sus estudios de bachillerato los llevó a cabo en Gijón y en los Dominicos de Oviedo el último año. Pero sería en su etapa como estudiante de Derecho en Oviedo, cuando estallaron todas sus inquietudes que lo convertirían en escritor y profesor universitario, así como en investigador en temas sociológicos, artísticos y culturales.
Vayamos por partes. Si prestamos atención a su año de nacimiento, 1947, José Avello pertenece a la generación sesentayochista, la que estaba llamada a hacer los grandes cambios en una España marcada por la dictadura franquista y el aislamiento internacional. Fue una generación de ruptura con respecto a la anterior, una generación contestataria tanto en Europa como en España.
En su etapa de estudiante universitario en Oviedo, conoció, entre otros grandes personajes de la época, a Juan Cueto Alas y a Chus Quirós. La vieja capital de provincias que había servido de escenario a la mejor novela del siglo XIX en castellano no era ajena, en su ambiente universitario, a lo que se cocía en el resto del país. Y, en aquella atmósfera universitaria, Avello no sólo asistía a las clases de la carrera de Derecho en la que se había matriculado, sino que además acudió a las sesiones académicas que entonces impartía Gustavo Bueno, filósofo que en aquellos años era muy tenido en cuenta por la izquierda.
En 1964, Avello, según relató el propio interesado, tuvo que abandonar Oviedo. A su familia le llegó el aviso desde el Gobierno Civil de que iba a ser detenido. Su padre se desplazó desde Cangas para advertírselo. En aquel momento, no sólo estaba presente en un sinfín de actividades culturales, sino que además militaba también en el PCE. Por cierto, en su generación, la militancia en el PCE, en tanto que era el partido más contestatario y organizado, fue algo muy frecuente.
El propio José Avello llegó a decir sobre sus años de estudiante universitario en nuestra capital: «Oviedo en sí misma era una ciudad muy atractiva, con actividad cultural intensa y, sobre todo, porque estaba abierta a iniciativas que cualquiera pudiera emprender».
Pues bien, aquellos años en Oviedo de José Avello desde el PREU hasta 1964 marcaron su vida profesional y literaria, pues, andando el tiempo, escribiría una de las grandes novelas que tienen a nuestra heroica ciudad como escenario. Se trata de la novela “Jugadores de Billar”.
Acerca de “Jugadores de Billar”, Gregorio Morán escribió lo siguiente: “Su novela empieza donde termina el Leopoldo Alas Clarín, y La Regenta. Con ese beso al sapo, que aún hoy llena de estupor a cualquier lector sensible”.
No es que la novela de Avello continúe la trama argumental de “La Regenta”. Tal empresa la intentó llevar a cabo Ramón Tamames incurriendo en un fiasco gigantesco. De lo que se trata en “Jugadores de Billar” es de un universo literario sórdido, protagonizado por personajes que están marcados por miserias y ruindades. De lo que se trata es de un proceso narrativo que da cuenta de cómo algunos vencedores de la guerra civil se hacen con las propiedades de los vencidos. Visto todo ese proceso desde la década de los 90.
Los cuatro personajes que protagonizan la trama son Manolo Arbeyo, Álvaro Atienza, Floro Santerbás y Rodrigo de Almar. No les une un gran afecto, ni tampoco una amistad sana, sino que están vinculados por su ciudad y por el tiempo que comparten, donde no faltan las vilezas.
Los escenarios ovetenses que más se repiten en esta novela, aparte del tugurio que el autor ubica en la calle Mon donde los personajes que protagonizan la trama juegan al billar, son las vías públicas ovetenses Fruela, Melquiades Álvarez y Uría. También se dan cita lugares como una antigua fábrica de loza en las afueras de la capital que no resulta difícil de localizar.
El crítico Sergio Vila-Sanjuán se refirió a “Jugadores de Billar” como «una de las mejores novelas de la literatura española contemporánea». Con ello, se respalda la tradición de que Oviedo continúa siendo el escenario de obras maestras de la narrativa, desde “La Regenta” hasta “Jugadores de Billar”, pasando por las ayalinas donde nuestra ciudad tiene el nombre de Pilares.
José Avello falleció en Madrid en 2015. Oviedo marcó su vida. Y, por su parte, este gran escritor nacido en Cangas del Narcea rindió tributo a nuestra ciudad con una novela realmente extraordinaria.
Quid pro quo.