«Regla y techo de gasto», «ley Montoro». A decir verdad, construir argumentos con semejantes puntos de partida aboca, salvo excepciones que apenas se dieron en el Pleno, al abatimiento. Confieso que uno se rinde cuando lleva un buen rato oyendo perorar sobre tales asuntos, áridos y cansinos de por sí. Lo cierto es que el actual equipo de gobierno, al aprobar su plan económico-financiero, decidió un ajuste presupuestario severo, basado, según se explicó, en el cumplimiento de la ley. Tanto Wenceslao López como Ana Rivas hicieron planteamientos encaminados a que valorasen otros criterios que no conllevarían esos recortes. Y, por su lado, Rubén Rosón defendió los presupuestos del anterior equipo de gobierno.
De todos modos, la votación arrojó los resultados que podían esperarse y, así las cosas, toca cargar con esos recortes a los que la ley obliga según el edil de economía. Desde luego, la noticia no es buena para nadie, pero ahí está.
El asunto de los recortes presupuestarios fue el que más tiempo ocupó de este Pleno del 30 de julio. No obstante, había otros clamores que tuvieron su eco.
Por un lado, hubo presencia, en la calle y en el Consistorio, de personas pertenecientes al colectivo vecinal que viene luchando por preservar el tesoro paisajístico y medioambiental del entorno de Priorio y Las Caldas. Aunque, en el mandato anterior los grupos municipales garantizaron el apoyo a esta plataforma ciudadana, con los nuevos tiempos, parece que cunde la preocupación y es de esperar que el teniente de alcalde les escuche y se reúna con ellos para mayor tranquilidad de todo el mundo.
Por otra parte, también estuvo presente la Plataforma de Escuelas Infantiles de Oviedo, que, cuando el edil José Luis Costillas aseguró en su intervención que había dialogado con las partes implicadas, replicaron que no había sido así. Su insatisfacción fue a más en el momento en el que el actual alcalde no permitió intervenir a la portavoz de este colectivo.
Y, en otro orden de cosas, como era de esperar, el asunto de los festejos mateínos, en el apartado de ruegos y preguntas, también plasmó la tensión existente al respecto. Por cierto, tomó la palabra Anabel Santiago, demostrando no sólo tener conocimiento del tema abordado, sino también habilidad en el difícil arte de formular preguntas.
Como resumen de lo acontecido, a la aridez del tema estrella del Pleno del día 30 de julio, se sumó el malestar indisimulado e indisimulable del alcalde ante las últimas intervenciones de Wenceslao López. De momento, para el flamante primer edil, el Consistorio vetustense no parece que sea la casa sosegada del poeta místico.