VIGA AZUL: UN EQUIPO DESDIBUJADO
A pesar de que fuimos capaces de igualar el partido en la segunda parte, tras un primer tiempo desdibujados casi por completo, hay fantasmas que no hemos sabido ni podido ahuyentar, sobre todo los fallos en defensa que nos costaron, al menos, dos de los tres goles encajados. A ello hay que añadir que no se notó, para bien, jugar con tres centrocampistas, porque esa batalla la ganó claramente el equipo de Anquela.
Los datos están ahí: un primer gol en contra en el que el portero ovetense pudo hacer algo más; como mínimo, desviar a córner. Y los otros dos goles del Deportivo de La Coruña llegaron a resultas de clamorosos fallos defensivos del Oviedo.
Desde luego, no se pueden tener grandes aspiraciones con una debilidad defensiva tan evidente. Y sigue faltando en el centro del campo un director de orquesta que distribuya bien el juego hacia adelante.
Por lo demás, no se puede negar que tuvo mérito haber igualado un partido que se nos había puesto totalmente en contra; tampoco se puede soslayar que Egea acertó en los cambios, sobre todo sacando a Obeng como segundo delantero, en compañía de un Ortuño que estuvo en su sitio durante todo el partido. Del jugador cedido por el Albacete cabe esperar que responda a las expectativas creadas.
En cuanto a los jugadores nuevos, Obeng, además de haber marcado el gol del empate con la eficacia de un buen rematador, estuvo a la altura deseada y el entrenador demostró que no es un error confiar en este futbolista. Por su lado, Sangalli puso claramente de manifiesto que atesora calidad a la hora de centrar balones que pueden ser decisivos, tal y como hizo en la entrega que supuso el tanto del empate.
Por otra parte, a pesar de las críticas que a veces recibe por parte de los aficionados, Berjón, a mi juicio, tuvo en Riazor una actuación meritoria, a pesar de que Anquela planteó el partido en defensa con una clara voluntad de cerrarle el paso, de bloquear su juego. El capitán azul fue el autor del lanzamiento más afortunado por parte del Oviedo, un balón que merecía el gol, pero que no entró por milímetros.
Urge ser solventes en defensa. Sería impensable no tomar nota de ello. Por lo demás, hay calidad en el conjunto del equipo y también se puso claramente de relieve que el Oviedo cuenta con un espíritu de lucha innegable que es muy importante que se haya visto desde los primeros compases del primer partido de una temporada que, como bien se sabe, será muy larga y muy dura.