En efecto, el área metropolitana sigue teniendo su hueco en la actualidad. Lo cierto es que estamos hablando de algo que, operativa y oficialmente, aún no existe, pero que se da por hecho que llegará, sin demorarse mucho, a conformarse. Y, por otro lado, a nadie se le escapa que el susodicho proyecto no tendría sentido sin que Oviedo formase parte de tal ente.
La reunión que mantuvieron al respecto los ediles de Oviedo y de Siero puso el énfasis en que habría que conjugar la autonomía municipal y las competencias que asumiría el referido ente. A nadie le sorprende que los municipios no acepten renunciar a parte importante de sus competencias y, al mismo tiempo, a nadie se le escapa que el área metropolitana es una realidad existente en el sentido de que aglutina a las localidades más pobladas de Asturias, donde las personas y las empresas van y vienen continuamente, sin que todo se concentre en alguna de las poblaciones que la integran.
De algún modo, tengo para mí que el proyecto del área metropolitana falló en lo que concierne a su punto de partida, es decir, se articuló sobre todo desde el Gobierno autonómico y no desde los ayuntamientos, que no tuvieron el protagonismo que cabía esperar.
Por eso creo que, para poner en marcha el proyecto del que venimos hablando, sería muy importante, incluso decisivo, que los ayuntamientos implicados se reunieran para articularlo, conjugando el asunto de las competencias que seguiría teniendo cada Consistorio. Porque lo que está claro es que los Ayuntamientos no deben ser sujetos pasivos en un proyecto de semejante envergadura.
Y, por otra parte, el área metropolitana podría servir también para combatir, en la medida los posible, esos localismos tan nuestros que, en ningún caso, resuelven nada, que, antes al contrario, forman parte de nuestros problemas, que sólo sirven, si es que tal cosa de puede considerar útil, para bufonadas de chigre.
Creo que sería muy acertado que, desde algún ayuntamiento, se tomase la iniciativa de reunir a representantes de los concejos concernidos y que, de esos cónclaves saliese una batería de propuestas para debatir con la Consejería de Infraestructuras.
Y es que, miren ustedes, a veces, para que haya avances, puede hace falta desandar parte del camino buscando otras salidas, otros senderos.