Teníamos todo en contra: un árbitro del que el Oviedo no guardaba buenos recuerdos; un rival que es de los mejores equipos de la categoría, y nos enfrentábamos a nuestros propios fantasmas, tras la derrota del pasado domingo en Ponferrada.
Sin embargo, empezamos de la mejor manera posible, incisivos desde el inicio del partido y, además, marcando el primer gol en el minuto dos. Por si eso fuera poco, después de conseguir el tanto que nos adelantaba en el marcador, se jugó con serenidad durante unos cuantos minutos. Tengo para mí que, ante el Zaragoza, hemos hecho los mejores minutos de juego en lo que va de temporada.
Pero, aun así, la fatalidad, que se nos aparece con incomprensibles fallos defensivos, llegó: Christian Fernández se complicó la vida inexplicablemente intentando regatear a un delantero rival en lugar de hacer lo más sencillo. A resultas de ese lance tan desafortunado, Tejera no tuvo más opción que forzar un penalti que el Zaragoza, tal y como era de prever, no falló.
Pero, a pesar de todo, no nos venimos abajo, en los diez minutos que quedaban hasta el descanso, ni tampoco en la reanudación del juego en el segundo tiempo.
En efecto, salimos al ataque en la segunda parte, con espíritu de lucha y buscando desnivelar de nuevo el marcador. Y además lo conseguimos en el minuto 54, gracias a un penalti que señaló el VAR. De nuevo, fue Ortuño el que marcó. Por cierto, el portero visitante no estuvo lejos de parar lanzamiento del goleador ovetense. Pero en esa ocasión la mala fortuna no nos persiguió.
Y, en fin, doce minutos después, el Zaragoza volvió a empatar el encuentro. No sé si hablar de fallo, o si más bien fue un inoportuno resbalón de Tejera lo que permitió al atacante maño igualar de nuevo el encuentro.
Como nota positiva hay que decir que, tras este nuevo revés, no nos volvimos abajo y que el equipo lo intentó hasta el último momento. Se notó la aportación de Borja Sánchez en los minutos que jugó, en los que demostró clase y ambición.
Desde luego, tampoco nos faltaron ocasiones, tanto en el primer
tiempo, en los minutos en los que íbamos ganando, como también en los últimos minutos del choque.
Toca, creo, agarrarse al asidero de una mejoría que realmente vimos. Una mejoría en defensa, excepción hecha del fallo del que se derivó el penalti que marcó el Zaragoza. Y, por otra parte, Berjón no se ausentó a la hora de echar sobre sus espaldas muchas de nuestras jugadas de ataque. Jimmy, que reapareció ante el Zaragoza, cuajó una actuación más que aceptable. Y Ortuño sigue en racha, ello a pesar de que sus goles no nos sirvieron hasta ahora para alcanzar ni una sola victoria.
Quiero creer que esa victoria tendrá que llegar pronto. La mejoría ante el Zaragoza no puede ser un espejismo.